Los colonizadores de Reynosa
José Ángel Solorio Martínez
¿Por qué Reynosa, siendo una de las tres ciudades de Tamaulipas, con mayor presupuesto, es un desastre en infraestructura urbana y servicios públicos?
¿A dónde se van, los miles de millones de pesos que conforman el erario reynosense?
Evidentemente: la explicación más a la mano, es el dominio del Ayuntamiento por sujetos de baja calaña -dicen en la nota roja- que han invertido el tesoro de los ciudadanos en el mejoramiento y ensanchamiento de sus patrimonios familiares propios.
Desde José Cruz Contreras -en los años 60 del siglo pasado-, hasta Francisco García Cabeza de Vaca -en el 2000-, pasando por Maky Ortiz y su vástago Makyito Peña, como alcaldes -y más como ex presidentes municipales-, exhibieron que en USA -particularmente el sur de Texas- la vida es más sabrosa.
Incluso, el ex jefe edilicio priista, Oscar Luebbert Gutiérrez, tiene su domicilio en Mission, Texas. Le acompaña en ese lugar, santuario de saqueadores, Everardo Villarreal.
¿Qué problema puede aquejar -sobre todo en el rubro de los servicios públicos- a esos políticos -del PRI, del PAN y de MORENA- que viven plácidamente disfrutado los estándares de calidad de vida del primer mundo?
Una evidencia de su compulsiva actitud de amor al dinero fácil, son el cúmulo de propiedades que Cruz Contreras, los García Cabeza de Vaca -incluyendo a su respetable madre-, los Ortiz, los Peña, los Luebbert, los Villarreal y al parecer hasta los Gómez Lira, gozan en el Mágico Valle texano.
¿Qué cantidad del costo de esos majestuosos bienes, corresponden a los reynosenses?
Si duda: una porción bastante amplia.
¿Por qué esa delincuencia organizada de cuello blanco, sigue dominando en el pueblo?
¿Quiénes son los responsables, de que no se les haya quitado ni una sola pluma a esos gallos?
Una explicación puede ser: la mafia del poder, ha sido tan habilidosa, que tiene la habilidad -desde cualquier partido, y desde cualquier parte de USA-, de gobernar la ciudad más populosa de la entidad.
Actualmente, se percibe con mayor nitidez ese deplorable fenómeno: por un lapso de siete años -cinco de Maky y dos de Makyito- el gobierno de Reynosa, se opera desde las residencias de esos corsarios de la política, en Mission.
¿Es inagotable el cinismo de la clase política reynosense?
¿Es inacabable, la paciencia de la sociedad de -como dice Hugo Ramos- Reino Caliche?
Algo hay de eso, porque ambas variables hacen intersección y la ciudad sigue en una inexplicable paz.
Makyito, insiste en manejar la ciudad desde el extranjero; y los reynosenses, han aprendido a tolerar esa degradante política.
La desvergüenza es tal, que Makyito aspira a reelegirse; y ni siquiera ha ofrecido, regresar a Reynosa a gobernar. Corre a la par de esa actitud desfachatada, la inmovilidad de los reynosenses.
La normalidad de esos escenarios, otorgan ventajas a ese grupo de colonizadores, que como sus similares del pasado, se llevaron los recursos locales, impunemente.
Se pensó que MORENA, cambiaria las formas de administrar la ciudad.
No fue así.
Ni el PRI, ni el PARM, ni el PAN ni MORENA, han cumplido con las expectativas que vendieron a los ciudadanos. Sería una aberración, afirmar que los electores se han estado equivocando; no, quienes han fallado, son los alcaldes que fueron electos por el sufragio sincero, honesto y sobre todo esperanzador de quienes los votaron.
Es complicado -probablemente, Rigoberto Garza Cantú se salve- encontrar un alcalde -en los últimos 50 años- para ponerle una estrellita en la frente por su desempeño al frente del cuerpo edilicio.
Esas circunstancias, reflejan la orfandad que sufre Reino Caliche por la carencia de representantes populares dignos y admirables.
Confiemos en que dios, salve a Reynosa…
…porque los políticos -alcaldes, diputados, regidores- no quieren, o no pueden.