Por Oscar Díaz Salazar
Vetado en Ciudad Madero y en Tampico, el diputado federal Erasmo González Robledo de Delgado (Mario) y a la vez viudo de Carmona, se ha ido a refugiar a Altamira, municipio que desgobierna su canchanchan Armando Martínez y en el que tiene intereses, “acciones” y negocios, el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.
El Cepillín de los ricos es figura y presencia permanente en los eventos que organiza el gobierno de Altamira, mismos que son reseñados en los boletines de prensa que divulga la administración municipal.
Es entendible la gratitud del alcalde altamírense respecto al diputado González Robledo, pues fue quien lo arrimó a la cúpula (con u) morenista, además de ser su gestor ante los padrinos mágicos que pagaron la campaña, incluyendo el bailongo de Julión Álvarez en el cierre.
El diputado Erasmo González no ha podido penetrar en el ánimo popular en Ciudad Madero, pues si bien logró colocar un alfil en el Cabildo, -su esposa-, su actividad y su presencia ha sido nula. En Tampico no tiene nada que hacer, ahí gobierna el PAN, y el trato respetuoso e institucional entre el presidente y el gobernador, no deja margen para que un personaje de la 4T contamine la relación con política barata.
Erasmo González no tiene mucho tiempo para preparar el salto a otra posición de poder. Como diputado reelecto ya no tiene posibilidades de continuar en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Al gabinete estatal ya le negaron el acceso en una oportunidad. En Ciudad Madero no es bien visto por el jefe político local. No sabemos si le alcance la querencia y el power de su padrino, Mario Delgado, para conseguirle la candidatura al Senado.
Y para terminar de complicar el panorama para Erasmo González, entre las élites empresariales de la zona conurbada, se ha dado por buena la versión de que el diputado Erasmo González intentó “vender” la cuenta del gobierno del Estado, para su manejo, a los ejecutivos de Banorte, institución bancaria que de cualquier forma y mediante otras recomendaciones, se mantuvieron como prestadores de servicios bancarios y financieros del gobierno de Tamaulipas.
Reñir con las élites, pelearse con el dinero, con los hombres del dinero, intentar lucrar con los profesionales del lucro y del manejo del dinero, puede convertirse en el error más perjudicial en la carrera de Erasmo González Robledo.