Los mensajes de AMLO en Tamaulipas
José Ángel Solorio Martínez
¿Dejó buenos resultados la visita del presidente, Andrés Manuel López Obrador a Tamaulipas?
Políticamente: formidables.
Administrativamente: como siempre lo es, en su responsabilidad con el dinero público, un Ejecutivo federal cauto, a la espera de resultados.
En lo político:
1.- La coordinación con el gobierno estatal, será más estrecha. El gobernador, Américo Villarreal Anaya, recibió el espaldarazo que necesitaba. Ahora, es su responsabilidad, operar con eficacia para enfrentar los desafíos heredados por una administración que poco hizo para mejorar el entorno de los tamaulipecos.
2.- Total soporte para disminuir los índices de seguridad. Más elementos de la Guardia Nacional para la entidad y mayor presencia de la Secretaría de la defensa Nacional y de la Marina en la región.
3.- Un Gabinete federal, dispuesto a participar en la solución de los agobios sociales de los tamaulipecos.
4.- Puertas abiertas de la presidencia de la república, al gobernador Villarreal Anaya.
En lo administrativo, el resultado no fue del todo dichoso.
1.- AMLO, prometió resolver el problema del déficit de la administración morenista que encabeza AVA. A la hora que se necesite. Cuando se ofrezca. Dinero, no faltará para el pago de salarios de los trabajadores del estado.
2.- Pero…
…irá a cuenta de las participaciones, de la Federación para el gobierno estatal del año 2023.
Es decir: López Obrador, no vino a entregar un cheque en blanco; fiel a su estilo de ser escrupuloso con los recursos del pueblo, puso ese candado para evitar que se haga lo que se ha hecho desde siempre, con fondos públicos: rasurarlos.
Ese es el principal saldo de la gira de AMLO en la comarca.
Muy interesante lo que se infiere del compromiso presidencial -el mensaje entre líneas-: ajústense el cinturón; no lo dijo, pero se deja ver en el fondo de sus dichos: no puede haber gobierno rico, con pueblo pobre.
¿Y eso qué demonios significa?
¿Por qué ofrece un fondo de salvación, a costa del presupuesto futuro?
AMLO, es diferente a los presidentes que le antecedieron. Desde hace cuatro años, no ha pagado la rapiña de los gobernadores que se van -sería un contrasentido a sus políticas anti neoliberales-; no ha salvado de la quiebra, ni a gobiernos estatales del PRIAN ni de MORENA; y menos: regala el dinero de los ciudadanos para subsanar pillerías.
Otro mensaje que envía -y aquí, muchos se van a hacer que la virgen les habla- es: la política de austeridad republicana no es una moda; es un principio y una obligación moral: no coches nuevos, no sueldos estratosféricos, no gastos suntuarios -celulares pagados por el erario, vehículos de lujo blindados y otras fantocherías- y no guaruras.
La administración estatal de la IV T, aún no da muestras de su vocación austera; o al menos, no ha sido uno de los temas vertebrales de la narrativa gubernamental local.
Es decir: en la práctica, AMLO -ni los ciudadanos- ha visto ni oído políticas concretas -para el freno del dispendio de recursos materiales- del recién inaugurado gobierno guindo.
¿En ese escenario, se esperaba que López Obrador, regalara fondos para la reconstrucción de Tamaulipas, mientras los responsables no han sido sancionados y los que llegan, no han mostrado coincidencias -en el rubro de la austeridad republicana- con el jefe de jefes de la IVT?
¡Vaya ingenuidad!