LA HABANA, 2 ago (Reuters) – Estados Unidos redobló su postura de línea dura sobre Cuba, con sanciones incluidas, después de las históricas protestas en la isla gobernada por comunistas el mes pasado y dijo que buscaría apoyar a los manifestantes.
Pero muchos países de América Latina y el Caribe, una región que todavía está marcada por el respaldo de Washington a los golpes de Estado durante la Guerra Fría y que se ha desplazado hacia la izquierda en los últimos años, le están pidiendo que retroceda.
El presidente Joe Biden calificó a Cuba de “Estado fallido” a raíz de las protestas del 11 al 12 de julio por la profundización de la crisis económica y las restricciones a las libertades.
Su administración impuso nuevas sanciones a quienes reprimieron a los manifestantes y prometió a la comunidad cubanoestadounidense, de gran importancia política, que se avecinaban más acciones, como esfuerzos para ayudar a los cubanos a eludir la “censura”.
Si bien las nuevas sanciones son en gran parte simbólicas, sugieren que no se producirá un regreso al periodo de distensión que se logró bajo el mando del expresidente Barack Obama.
Los gobiernos de derecha de Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala y Honduras se unieron a Estados Unidos la semana pasada al emitir una declaración condenando los arrestos masivos y pidiendo la restauración total del acceso interrumpido a Internet.