Las tan públicas vidas privadas de los políticos, es la comidilla diaria, es el hobby preferido en todos los altamirenses. Aquí, en este pueblo, todo se sabe: Todos saben todo, de todos. No hay chisme ni rumor, ni tendencia ni preferencia sexual, que no se sepa. Y los efebos es la moda.CIRO, ¿LA REYNA DE LOS EFEBOS?,En Altamira, todo se sabe.Y todos saben todo de todos, santo y seña, milagritos y hasta “falsos incómodos”.En este pueblo de solo dos calles, (la que pasa por la Presidencia y la que va a dar a la Laguna del Champayán), no hay secretos ocultos, si no, secretos a voces.Es el juego diario que todos juegan y quien más chismes conozca, está mejor informado y por tanto, tiene más valor y poder.No hay chisme, ni rumor, ni conseja, ni infidelidad, ni tendencia o preferencia sexual de los políticos, ni crónicas contadas con detalles minuciosos, hasta con cierta dosis de morbo, de las noches calientes de “esas noches de anoche”, que no se sepa[l1] .Y por eso, todos viven de la política, porque los silencios tienen valor.Estar en la nómina bendita y ser proveedor es un celestial botín: ¡Bendita Nómina! Y un ejemplo son los tres hijos de Juan Genaro de la Portilla, y aunque no trabajen ni cumplan función pública alguna, siempre han cobrado en la sagrada nómina, y van invictos, rompiendo récord.Y es que las tan públicas vidas privadas de los políticos altamirenses, es la comidilla diaria en todos los cafés, bares, y lanchas y pasillos de palacio y de oficinas públicas.Y los Efebos, esos jóvenes bellos y de cuerpos musculosos, y de abdomen de lavadero, travestis que se confunden con bellas damas y transexuales, son los más solicitados por los políticos y se ha convertido en una fiebre, en una moda que se ha convertido en fiebre para los políticos de este disímbolo y contradictorio pueblo.Cada quien es libre de hacer de su vida privada un papalote. El problema es cuando trasciende a la vida pública y se convierte en una amenaza, en un peligro social la tendencia o la preferencia sexual de un ex diputado.Todos, absolutamente saben la inclinación sexual del ex diputado local panista José Ciro Hernández, recomendado por el Ángel a la Familia Hernández Amparan para incorporarlo a la administración municipal.Y es que el ex Acólito Ciro Hernández, mejor conocido como “La Chihuahuita”, fue demandado por acoso sexual. Una denuncia interpuesta por la tutora de menor de 17 años agraviado, Michelle Jaqueline “N” ante la segunda Unidad General de Investigación en Altamira, de la Fiscalía General de Justicia del Estado.El hijo putativo del Padre Ángel”, el Cura más Grillo de Altamira, aspirante a una candidatura a la alcaldía, aún por ningún partido político, fue descobijado de sus bajas y pervertidas pasiones ante las autoridades por la madre del menor acosado.Michelle Jaqueline, madre o tutora del acosado, relató los supuestos hechos que sufrió el menor de edad por parte del ex diputado local y ex funcionario, Ciro Hernández, también ex protegido por el cacique del Pueblo, Juvenal Hernández.En la denuncia por el delito de acoso sexual doloso, quedó asentada con el NUC: 28/03/093/00595/2020, documento que tiene sellos de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas.En este pueblo, donde no existen siglas ni partidos políticos, solo tres grupos políticos como el de Griselda Carrillo, heredado de su padre Sergio Carrillo -que financió las dos campañas del panista Toño Lee-, el de Genaro de la Portilla, creador de casi todos los cuadros políticos que medran del presupuesto y el del ahora cacique Juvenal Hernández, “el esposo incómodo”, y el de Armando Martínez, que viene de todos los partidos políticos y ahora de Morena, la grilla, “su puso sabrosa”.Y es que de ser candidato y ganar las elecciones, “La Chihuahuita”, como le llaman a Ciro, convertiría al pueblo de Altamira en “La Jaula de las Locas” y él sería nombrado “La Reyna de los Efebos”.Si en el tiempo de Cavazos Lerma, cada que realizaba una gira, las gentes decían: “¡Escondan a las niñas!”, ahora, en la campaña de Ciro y Carlos Toral, las madres de familia gritarán: “¡Escondan a los niños!”.Y es que Altamira, tiene sus historias no publicables, porque dicen los que saben de esas anécdotas que hubo o aún existe un grupo de políticos, que los fines de semana, por las noches se vestían con Kimónos japoneses y se convertían de niños a niñas. ¡Ufff, qué historias!. Por eso, Altamira no avanza, porque según los estrafalarios guías metafísicos, hay muchos años de mala suerte por tantos efebos, puñales y mayatex que hay en el pueblo… Eso dicen.Mientras tanto, Freddy Polanco, ¿gallo o gallina?, prospecto de Juvenal Hernández, Miguel Gómez Orta y Ciro Hernández, la Reyna de Los Efebos, se pelean la candidatura del PAN a la alcaldía.Y mejor, nos leemos mañana.POSDATAEspero y el tiempo, el hambre, la armonía decembrina y los enemigos de Santa Claus nos piermita redactar la historia de un gran hombre íntegro a carta cabal, que renuncio la Sindicatura por no participar de los “Cochupos” de su ahijado, el entonces Alcalde, Enrique Cárdenas del Avellano.[l1]