La decisión era difícil, pero al final la joya que Heung-min Son se aventó contra el Burnley fue elegida como el mejor gol del año y terminó por llevarse el Puskas en la ceremonia de The Best 2020.
Aquella noche de diciembre, Son agarró el balón desde afuera del Tottenham, dejó atrás a todos los jugadores del Burnley, entró al área del equipo rival y con la parte interna de su pie derecho venció a Pope.