Ciudad de México. 22 agosto 2020. Dos tormentas tropicales que se convertirían en huracanes a comienzos de la próxima semana se dirigían hacia las tibias aguas de la costa estadounidense del Golfo de México de manera simultánea, en un extraño evento que podría causar daños al tocar tierra.
La última vez que dos ciclones entraron en la costa estadounidense del Golfo de México ocurrió en 1959, según meteorólogos y solo ha habido un puñado de otras ocasiones en las que dos tormentas ingresaron a la zona simultáneamente.
En 1933, un huracán de categoría 3 y una tormenta tropical moderada azotaron a la costa estadounidense del Golfo, pero no ha habido registros de dos huracanes en el Golfo de México al mismo tiempo.
La tormenta tropical Laura y una depresión tropical separada que se está gestando cerca de Honduras podrían tocar tierra como huracanes la próxima semana, en un área que abarca desde Texas hasta el Panhandle de Florida, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
Los meteorólogos dicen que todavía hay mucha incertidumbre en torno a los sistemas y cómo se desarrollarán en los próximos días, especialmente cuando toquen tierra.
Actualmente, ambas tormentas parecen estar en camino de permanecer separadas; sin embargo, cualquier interacción entre las dos podría cambiar su intensidad o trayectoria, dijo Dan Kottlowski de AccuWeather. Es poco probable que se combinen, agregó.
“Lo más probable es que uno se vuelva más fuerte e inflija más cortinas de vientos verticales, lo que hará que el otro se debilite”, dijo Kottlowski.
En algunos casos, cuando las tormentas interactúan, pueden orbitarse entre sí y la velocidad de un ciclón puede acelerar el otro, parte de un fenómeno conocido como el “efecto Fujiwhara”, dijo David Streit de Commodity Weather Group.
Chevron anunció el viernes que se encuentra evacuando al personal en alta mar e iniciando procedimientos de cierre en cuatro plataformas marinas y sacando a los trabajadores no esenciales de dos instalaciones adicionales.
La petrolera estadounidense inició los procedimientos de cierre y evacuación en las plataformas Big Foot, Genesis, Jack/St. Malo y Tahití. También comenzó a evacuar a los trabajadores no esenciales de sus plataformas Blind Faith y Petronius, pero aclaró que la producción en esas instalaciones sigue siendo normal.
Shell, por su parte, afirmó que había comenzado a reducir el personal no esencial en algunas de sus instalaciones en alta mar. Dijo que actualmente no hay ningún efecto en la producción y que se están realizando trabajos para asegurar las operaciones de perforación.