Francisco Alfaro Ruiz
Con la extradiccion del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, el fuego se le acerca a los genitales al ex dirigente petrolero Carlos Romero Deschamps, y a los 36 secretarios generales cómplices que se convirtieron en el País, en una organización criminal, en Delincuencia Organizada.
El caso Odebrecht, alcanzara, con sus tentáculos de los sobornos de la Mafia en el poder, en la Industria Petrolera, a los dirigentes petroleros que aun se encuentran incrustados en el S.T.P.R.M. Saldra a flote, la red de corrupción.
Y es aquí donde recordamos el caso de la explosión en el Edificio B-2, del Centro Administrativo de Petróleos Mexicanos, en el Archivo de Concentración, donde se encontraban documentos comprometedores que perjudicaban, tanto a ex directores de la empresa, a funcionarios, y a todos los dirigentes petroleros, ya que Carlos Romero Deschamps había permitido que se firmaran contratos con empresas extranjeras por 20 o 30 anos, que representaban la perdida de la Soberanía Nacional, ya que los plazos se podían ampliar sin licitación alguna.
Esa complicidad fue parte de que se enriqueciera ilícitamente. Por eso la urgencia, en enero del 2013, de desaparecer las pruebas, no importándole que murieran 42 trabajadores petroleros. Sabia, que la hora de rendir cuentas, tendría que llegar algún día.
La versión oficial de aquella explosión, en el Archivo de Concentración, es que se había acumulado Gas. Versión que nadie creyó, ya que existían documentos que comprometían a Romero Deschamps y a los 36 secretarios generales, donde se evidenciaba el nepotismo de funcionarios administrativos y sindicales, sobornos, el contratismo en toda su expresión, y Romero Deschamps era uno de los principales interesados en la desaparición de la documentación.
No le importo que hubiesen perdido la vida 42 trabajadores. “Para morir nacimos,” fue su frase preferida.
La renuncia de Carlos Romero Deschamps fue por dos motivos, una, que AMLO le dijo que mejor renunciara, y otra, el hartazgo de los trabajadores que buscaban ponerle fin a casi 3 décadas de saqueo, de abusos, de impunidad, de represalias, de terrorismo sindical.
Olvido, junto con sus 36 secretarios generales, el objetivo primordial del sindicato, la defensa de los derechos laborales y humanos, y con la aprobación de la Reforma Energética, dejo en completo estado de indefensión a sus agremiados.
En ese “Archivo de Concentración” se encontraban expedientes que comprobaban las compraventas ilegales y contratos con compañías nacionales y extranjeras que estaban fuera de la Ley, por ello no resultaba descabellado que había que desaparecer toda esa documentación.
Se hablo de contratos sin licitación a familias y funcionarios de Pemex, y del sindicato petrolero, sobre todo en lo referente al transporte de hidrocarburos. Pero el fin de Romero Deschamps, podría estar cerca.
El pueblo de México, quiere verlo, aunque sea solo un día, tras las rejas y esposado. En caso contrario, en las elecciones intermedias, habría el cobro de facturas.
La Verdad del Sureste.