“Estamos hablando de dos cosas distintas”. Tenía razón el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, cuando en una entrevista a 20minutos quitaba hierro a la derrota de Calviño por la presidencia del Eurogrupo de cara al Consejo Europeo de este fin de semana. Pero parece que tiene razón a medias. “El norte llega con mucha moral tras la victoria de Donohoe”, comentan fuentes comunitarias consultadas por este medio. Precisamente hay que enfrentar un conflicto norte-sur por las condiciones del fondo de recuperación. “De momento el acuerdo está muy lejano”, confirman las fuentes, que además son pesimistas: “Lo normal sería irse ya a septiembre”.
¿Pero hasta qué punto puede influir el hecho de que España -y el sur de la UE- no presida el Eurogrupo? Paschal Donohoe e Irlanda no han hecho la misma presión que Países Bajos o Austria para que las ayudas se den íntegramente en préstamos (y no en transferencias a fondo perdido), pero están alineados con esa propuesta. Parece bastante claro, con todo, que la idea planteada por la Comisión Europea, de 750.000 millones con dos tercios en transferencias no va a ser la que salga aprobada. El objetivo del sur debe ser acercarse lo más posible a ella. Pedro Sánchez ya ha asumido que “todos tendremos que hacer renuncias”.
“La negociación va a ser muy complicada y es exactamente igual de complicada hoy que anteayer”, dijo Calviño tras conocer el triunfo de Donohoe. Lo cierto es que, como aseguró Sassoli, Eurogrupo y Consejo “no son lo mismo” pero la UE consiste en equilibrios de poder. “Va a influir, hay que ver hasta qué punto”, vuelven a repetir las fuentes.
Los frugales (Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria) saben que, en cierto modo, tienen la sartén por el mango. De hecho, el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, ya dijo esta semana que no tenía “prisa” por aprobar el fondo. Y las condiciones están claras: primero reformas, luego el dinero. Además, el norte quiere que cada plan de ajuste sea aprobado “por unanimidad” entre los 27. El sur eso también lo rechaza.
Mientras, España o Italia se suman a la tesis planteada por la propia Calviño. “No creo en una Europa basada en clubes, en prejuicios o en etiquetas, sino en un proyecto transversal”, sostuvo la vicepresidenta económica. Hay una palabra clave en lo que quieren los países del norte: control, control y más control. O lo que es lo mismo, la deuda no se comparte. Contra esto, Sánchez, Conte o Macron inciden en una evidencia: “Esta no es una crisis por culpa de las malas políticas”. Por eso apelan una y otra vez a la “solidaridad”. ¿Existe? Desde el norte, más bien poca.
En esos tira y afloja, habrá que esperar. Rutte sigue siendo muy rotundo. El primer ministro de Países Bajos “no cree en un sistema de transferencias” directas a los países más afectados por la pandemia dentro del fondo de recuperación, y ha señalado que si países del sur como España o Italia necesitan “ayuda” quiere tener el “claro compromiso” de que adoptarán reformas laborales o del sistema de pensiones. Al final, el objetivo será encontrar un “punto intermedio”.
Nota tomada de 20minutos.es