Habitantes denunciaron deterioro con maquinaria pesada en la zona sur de los Baños de Nezahualcóyotl
Habitantes de Texcoco denunciaron ayer la destrucción parcial del complejo arqueológico de Tetzcotzinco, conocido como los “Baños de Nezahualcóyotl”, a causa de obras irregulares con maquinaria pesada en la zona sur del monumento, específicamente en el espacio conocido como Caño Quebrado, sin contar con algún permiso para esos trabajos.
Las autoridades locales informaron ayer a Excélsior que, una vez notificados de la situación, solicitaron apoyo al Centro INAH Estado de México y levantaron una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR).
De acuerdo con habitantes de la zona y del Proyecto Texcoco en el Tiempo consultados, el reporte se hizo el pasado miércoles ante la autoridad local, debido a que este espacio es zona de monumentos arqueológicos desde 2002, tal como lo detalla el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Además, comentaron que ayer asistieron expertos del Centro INAH Estado de México, encabezados por el arqueólogo Luis Antonio Huitrón Santoyo, para hacer el peritaje arqueológico y evaluar el alcance de los daños, aunque hasta el cierre de esta edición el INAH no había informado al respecto.
Tetzcotzinco significa “el pequeño Tetzcoco o querido Tetzcoco”, mientras que el vocablo “tzin”, en lengua náhuatl, refiere el concepto de respeto o afecto, por lo que esta zona se entendería como un “lugar hermoso y apreciado”.
Las fuentes del siglo XVI indican que los fundadores de Texcoco fueron chichimecas, descendientes de Xólotl, y desde tiempos remotos este espacio fue utilizado como lugar estratégico, de culto, observación y recreación.
Y en el caso de Tetzcotzinco, “durante el reinado de Nezahualcóyotl alcanzó su máximo esplendor, donde se le atribuyen diversas obras de construcción”, además de ser un lugar de conocimiento del medio geográfico, así como de desarrollo tecnológico y del manejo de los recursos hidráulicos alcanzado por los acolhuas, lo que dio origen a la obra de gran magnitud afectada.
Además, detalla el reporte del INAH, el sitio era conocido por los vastos jardines que lo rodeaban y su complejo sistema hidráulico, aunque Nezahualcóyotl también lo utilizó como lugar de retiro y meditación, así como centro de observación astronómica y para la conmemoración y realización de rituales de carácter sociopolítico y religioso”.
El sitio sobresale por su arquitectura, considerada una de las mayores obras de la ingeniería hidráulica de la época prehispánica, así como por su imponente belleza geográfica. Y, en términos generales, “es notable por su arquitectura monolítica, considerada uno de los sitios emblemáticos del Estado de México”.
Y revela un dato histórico: fue ahí donde el pintor y paisajista mexicano José María Velasco (1840-1912) se inspiró para plasmar el baño del Rey Poeta y la escalinata contigua en su óleo Baño de Nezahualcóyotl (1878), resguardado en el Museo Nacional de Arte (Munal).
Por su parte, el DOF detalla que este sitio arqueológico se ubica en el municipio de Texcoco, Estado de México y ocupa una superficie de 122 hectáreas, 94 áreas y 80 centiáreas, que mantuvo ocupación entre los años de 1431 y 1521 d.C., época en que tuvo mayor auge la actividad constructiva de monumentos arqueológicos, particularmente durante el mandato del gobernador texcocano Nezahualcóyotl.
Dicho sitio arqueológico destaca por su armonía arquitectónica con los elementos de la naturaleza que, en su conjunto, manifiestan el desarrollo de la tecnología hidráulica y el culto a las divinidades del agua, desarrollado por el pueblo texcocano, siendo relevante que la descripción más completa sobre éstas, que realizó el cronista Fernando de Alva Ixtlilxóchitl en Historia de la Nación Chichimeca, y describe estructuras para la captación del agua, como El Acueducto, El Baño de la Reina, El Baño del Rey y El Reservorio.
“USOS Y COSTUMBRES”
Este diario consultó a la historiadora Rosana Espinosa Olivares, directora de Cultura de Texcoco, quien confirmó la afectación en la zona conocida como Caño Quebrado y reveló que no hay detenidos ni responsables de los daños y tampoco se conoce cuál era la intención de dichas obras.
Se acudió al lugar e inmediatamente se tuvo comunicación con el Centro INAH estatal, que hace lo pertinente y el día de hoy (ayer) realizó una visita para luego hacer las denuncias correspondientes”, dijo en entrevista.
Según Espinoza, dicho espacio “no se ubica dentro de la zona de monumentos arqueológicos, es decir, el acueducto no está dentro de la poligonal. Sin embargo, sí está protegido por ser de carácter arqueológico, por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”.
¿Qué tipo de obras realizaban en el lugar?, se le cuestionó. “El patrimonio de la nación es responsabilidad de todos los mexicanos. El tema es que sí hubo trabajos con maquinaria, pero no hay ningún permiso otorgado por parte del ayuntamiento ni de Desarrollo Urbano ni de Obras Públicas”.
¿Cómo justifican estas obras? “Esos terrenos pertenecen a los ejidos de las comunidades. Entonces los ejidatarios llevan a cabo obras a pie de monte, como es el caso, y se rigen por usos y costumbres. Entonces ellos se organizan y realizan sus proyectos colectivos. Pero no se encontró a nadie in fraganti. Además, la intención no es llegar y decir que todos van a la cárcel, sino que se realice un procedimiento legal, así que el INAH hizo su levantamiento pericial y el ayuntamiento interpuso la denuncia ante la FGR”.
¿No hubo detenidos?, se le insistió. “La afectación no sucedió el miércoles. Se hizo la denuncia y el trabajo fue exprés, pero en el lugar no se ubicó ningún responsable. Aunado a esto, la situación en el país se ha complicado en el tema del personal y de los presupuestos (para la protección del patrimonio), hay muy poco personal, entonces, en el Estado de México no se cuenta con los suficientes investigadores para todos los municipios que conforman nuestro estado”, concluyó.
Excelsior