La estrella del pop reconoce que, de no haber sido por el apoyo de sus amigos y fans incondicionales, “se habría tirado por un puente” tras su breve separación del actor.
La cantante Katy Perry atraviesa uno de los momentos más felices de su vida, embarazada como está de su primer hija y gracias a la sólida relación sentimental que mantiene con el actor Orlando Bloom, con el que debería haberse casado este verano si la crisis sanitaria generada por el coronavirus no hubiera sido más que un mal sueño para todos.
Sin embargo, en su última entrevista a la emisora Sirius XM, la estrella del pop habló de una época mucho menos agradable para ella. Hace tres años, la intérprete y su ahora prometido protagonizaron una llamativa ruptura que conmocionó a todos y que, como expresó ahora Katy, la dejó completamente “rota” por dentro.
Si a eso se añade el posterior fracaso comercial de su más reciente trabajo discográfico, Witness, un álbum que fue valorado de forma bastante positiva por la crítica pero cuyo rendimiento comercial resultó decepcionante para una artista de su categoría, resulta comprensible que el estado anímico de la californiana estuviera, en sus propias palabras, “por los suelos” durante esos momentos convulsos.
Por ello, la intérprete quiso dar las gracias en su conversación a todos aquellos amigos, familiares y fans que le apoyaron debidamente en esos tiempos tan difíciles, ya que fue su cariño y su afecto los que evitaron que se quisiera “tirar por un puente” debido a tales contratiempos.
“La gratitud es lo que probablemente me salvó la vida, porque de no ser por ella me hubiera visto más y más arrastrada a ese pozo de tristeza”, aseguró la artista de 35 años.