La tiradora deportiva Gabriela Rodríguez tendrá competencias internacionales hasta el próximo año con las dos Copas del Mundo con las que analizará su desempeño tras la pandemia y que serán fundamentales porque quiere estar entre las mejores de los Juegos Olímpicos de Tokio en la prueba de skeet.”Entrar en la final y si se puede estar en podio, creo que sí es algo viable, me venía preparando muy bien, muy fuerte, y con un año más la meta sube y el objetivo es más alto que antes”, dijo.
aig Hancock, quien llevó a su hijo -Vincent a ser campeón mundial y olímpico-, pero Gabriela después estuvo con un profesor italiano y un chipriota para aprender de los mejores del planeta.”Me quedo todo el verano allá en la clínica y terminando el entrenador me ofrece vivir y entrenar allá intensamente, hablé a mi casa para quedarme y ahí empezó todo de lleno, profesional y lei nvertimos a entrenar intensamente con uno de los mejores del mundo para ganarme mi lugar en la selección”, dijo.Gabriela se dedicó al tiro deportivo luego de que su papá Javier Rodríguez compitió en la justa olímpica de Londres 2012, evento al que asistió para apoyarlo y que le hizo soñar con la posibilidad de clasificar a una justa veraniega.”Vivir toda la experiencia de los Juegos Olímpicos, fue decir yo quiero esto, yo quiero estar aquí, ahorita es un experiencia muy padre lograrlo. Él (papá) sigue queriendo competir, hemos visto tiradores de 80 años, es algo que no es imposible, es viable, con mucho entrenamiento de los dos”.La también psicóloga de profesión da clases virtuales de ejercicio funcional, además de tomar certificaciones en nutrición deportiva y entrenamiento personal porque se dio cuenta que es una apasionada de la actividad física.”Nadie tira esa modalidad, entonces mi cancha siempre está sola, somos yo y mi entrenador, tomando todas las medidas ya hemos podido entrenar en la cancha un poquito. Antes de la cuarentena traía un nivel muy alto fue un bajón porque paramos, ahora es gradual cuatro veces a la semana para irme acoplando”, acotó.