Ramón Alberto Garza
Raquel Buenrostro es el rostro duro en el gobierno de la Cuarta Transformación.
Su carácter y su actuación como Oficial Mayor en la Secretaría de Hacienda le valieron ser llamada “La Dama de Hierro” . O como algunos todavía se refieren a ella dentro del Gabinete: “La Otra Secretaria de Hacienda”.
Y enviada como jefa del Sistema de Administración Tributaria –mejor conocido como el SAT- Buenrostro ya se apuntó tres grandes victorias con nombre y apellido: Carso, Walmart y Femsa. No es cualquier cosa.
Se trata de las tres más poderosas corporaciones mexicanas, de los tres mayores empleadores del país, que pasaron cada una a cubrir adeudos fiscales de entre ocho mil y nueve mil millones de pesos. Unos 25 mil millones de pesos en total. Más los 12 que faltan.
Y aunque desde afuera y desde adentro se cuestione su dureza, lo cierto es que Buenrostro le ha cumplido dos promesas clave a su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador: gastar menos y recaudar mas.
Por eso llama la atención que frente a lo implacable de “La Dama de Hierro” se estén cuestionando en el SAT licitaciones que presagian serios litigios por lo cuestionable de sus resultados.
Para muestra ahí está la licitación de Impresión y Digtalización del SAT y que se convertirá en una denuncia de inconformidad.
En un inicio se hizo una primera licitación en la que solo participó Acerta Computación Aplicada, en consorcio con otra empresa, Equipos y Productos Especializados. Cotizaron mil 470 millones de pesos más IVA. Pero el fallo se declaró desierto porque no se cumplía con lo solicitado.
Vino una segunda licitación, bajo estudio de mercado, en las que participan 3 consorcios. Hewlett Packard – bajo la razón social Computing and Printing México – MainBit y de nuevo Acerta Computación Aplicada.
El SAT podía adjudicar con base al estudio de mercado, pero en aras de transparentar el proceso el 14 de mayo abrió las bases para invitar a cinco empresas más que calificaban para la licitación. Al final fueron solo las tres corporaciones originales presentaron propuesta.
Los montos suscritos fueron de mil 60 millones de pesos por Hewlett Packard, mil 89 millones de pesos MainBit y mil 275 millones Acerta.
Pero el fallo se le otorgó a Acerta, que aun reduciendo casi 200 millones de pesos de su primera licitación, fue 20 por ciento mas cara que la de Hewlett Packard y 17 por ciento mas cara que la de MainBit.
El director general de Acerta, el consorcio ganador, es Santiago Rodríguez Valencia, quien hasta el 2013 fue Administrador Central de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información en el SAT, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
¿En dónde quedó aquello de que quienes trabajaron en una dependencia no pueden convertirse en proveedores de esa misma dependencia por lo menos en 10 años después de dejar su cargo?
El caso involucra a la Administradora Central Jurídica para contratos de Tecnologías de la Información, Lourdes Sánchez Vicencio, que operaba bajo el mando de Ulises Moreno, Director de Recursos Materiales del SAT en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y que sobrevivió a la Cuarta Transformación.
Y si se buscan mas evidencias, Acerta, que presume ser una empresa por un Gobierno Sin Papel ganó la licitación de Impresión del SAT, cuando en su página web que se refiere a soluciones de impresión dice que apenas está en construcción. Así o mas claro.
Por eso decimos que Raquel Buenrostro tiene que ponerle lupa a esta millonaria y cuestionada licitación dentro del SAT que ella comanda.
Sería lamentable que su prestigio como la mano firme que le cobra impuestos aún a “Los Intocables” se vea dañado porque alguien dentro del SAT no cuidó la transparencia que tanto se exige.
Sobre todo cuando el combate a la corrupción es la bandera insignia del gobierno de la Cuarta Transformación.
MSN MÉXICO.