El Tribunal Supremo de Hungría ordena el pago de indemnizaciones a familias gitanas cuyos hijos fueron sistemáticamente segregados en la escuela durante 13 años.
El Tribunal Supremo de Hungría ordenó hoy el pago de compensaciones financieras a familias gitanas víctimas de segregación escolar, una bofetada para el primer ministro, Viktor Orban, opuesto a esas indemnizaciones.
El fallo confirmó la condena a responsables locales y educativos por haber permitido que unos 60 niños gitanos del municipio de Gyongyospata cursaran sus clases en aulas separadas de los otros niños durante 13 años.
Desde hace varios meses, Viktor Orban ha criticado reiteradamente las indemnizaciones, considerando “profundamente injusto” que los denunciantes obtengan dinero “sin trabajar”.
Su gobierno sugirió que la indemnización se hiciera en forma de programas de formación.
No hay ninguna posibilidad legal de aplicar una compensación en especie”, indicó en un comunicado el Tribunal Supremo.
La segregación de alumnos por razones étnicas es ilegal en Hungría, pero está muy expandida, sobre todo en zonas con una importante población gitana, la minoría más numerosa del país (un 7% de los 9.7 millones de habitantes).
Según afirmaron testigos en el juicio, además de estar en salones separados, los alumnos gitanos de Gyongyospata no podían participar en las clases de natación, informática, ni tampoco en las excursiones escolares.
El gobierno húngaro quiere convocar una consulta nacional a raíz de este caso, lo que, según la oposición, podría abrir la vía a reformas para limitar la independencia de los tribunales y avivar los prejuicios contra la población gitana.