La violencia en el Estado de México debido a la infección del coronavirus ha ido en aumento, como también las víctimas que la enfermedad ha cobrado.
Estado de México.- Este fin de semana en algunos pueblos del valle de Toluca los pobladores se opusieron a que se llevaran a cabo fumigaciones en las comunidades debido a que piensan que se trata de una maniobra para infectarlas de coronavirus, de dañar el agua y de generar muerte a partir de la premisa de que el gobierno siempre miente. Años de fraudes electorales, de compromisos políticos sin cumplir, de represión por parte de la policía, los soldados y los marinos, así como de una exposición constante a información que por el hecho de salir de la comunidad, de ubicarse en redes sociales y de llegar a un núcleo que en algunos temas no puede discernir lo cierto de lo que no es, ocasionaron que estos pueblos se levantaran, bloquearan accesos, golpearan policías, dañaran patrullas y, en, fin, impidieran las fumigaciones sanitarias que se realizan regularmente en todos lados.
Esa explosión violenta no se trata solamente de la ignorancia, también es la reproducción de todo tipo de esquemas que han empobrecido y saqueado a los pueblos originarios. Les han inoculado la idea de que por integrarse a la sociedad que actualmente nos forma tienen oportunidad de progresar y han sido obligados a dejar de lado sus usos y costumbres, que tanto molestan a algunos. Todo se critica: desde el estado lamentable de los pueblos hasta la tradición, que lo es y seguirá siendo aunque los motivos cambien, de quemar cohetes, de adorar a vírgenes y santos disfrazados de dioses ancestrales.
Los bloqueos a la fumigación se registraron en Acazulco, municipio de Ocoyoacac, donde no hubo violencia porque quienes iban a realizarla se retiraron. En San Miguel Almoloyán, municipio de Almoloya de Juárez, las cosas no fueron tan suaves y tampoco en San Mateo Capulhuac, donde destrozaron autos de la policía y agredieron a oficiales. La razón, simple y directa, que esgrimieron los pobladores azuzados por los delegados municipales, fue que el ejército llevaba vacunas que contenían dosis de la infección de coronavirus. Las redes sociales hicieron lo suyo, como lo hacen todos los días con cualquier tipo de información que abordan como tendencia. Esparcieron versiones acerca de la llegada de la Marina y la Guardia Nacional para rescatar a supuestos policías retenidos o agredidos.
La información equivocada, soltada en el lugar adecuado, es capaz de provocar cualquier cosa.
La violencia en el Estado de México debido a la infección del coronavirus ha ido en aumento, como también las víctimas que la enfermedad ha cobrado. Para el cierre de 11 de mayo, una fecha en la que se preveía una disminución en los casos y los muertos, los números fueron aún para arriba y mostraron 6 mil 155 infectados en la entidad y 506 muertos en la entidad. Toluca arribó a los 11 muertos y tiene 206 casos confirmados.
Que la población tenga miedo no la exculpa de la violencia, menos contra el personal de salud pública. En el Estado de México, 77 trabajadores del Hospital General de Zona 76 en Xalostoc, municipio de Ecatepec, están aislados porque presuntamente están infectados, de acuerdo con información del IMSS. De ellos, dice ese reporte que después publicó Reforma, 35 ya están confirmados como positivos. Otras notas periodísticas consignan que gran parte de los hospitales públicos en el Edoméx no cuentan con los equipos adecuados para tratar a enfermos con coronavirus y se da cuenta, también de las renuncias del cuerpo médico debido a eso en algunos nosocomios. En una semana, el mapa de disponibilidad hospitalaria del Edoméx y de la Ciudad de México, se ha pintado de rojo, lo cual significa que los nosocomios llegaron a su máxima capacidad y no pueden recibir más pacientes de covid-19. En Toluca, el Centro Médico Adolfo López Mateos se encuentra en esa categoría, como lo estaba el Centro Médico ISSEMyM, el cual se marca en amarillo, es decir, con disponibilidad media.
En el valle de México, el Hospital General Valle de Chalco, Hospital General de Axapusco, el HR Bicentenario de la Independencia en Tultitlán, el Hospital General de Zona 98 en Coacalco, el Hospital General Ecatepec Las Américas y el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca están sobrepasados.
Algunos países ya entraron a una etapa de normalización de actividades, la cual será gradual y alcanzará su flujo dinámico en los próximos meses. El mundo paró, pero no todo el mundo. Más bien, de la clases media para abajo su economía casi se contrajo y se ha mantenido de milagro, en espera de que todo termine. Persistirán las dudas acerca del aprovechamiento de la pandemia por parte de los dueños del capital, aunque se pueden obtener certeros reflejos si se voltean a ver casos como el de Ricardo Salinas Pliego y sus deleznables empresas, que promueven la depauperación desde todos los ángulos posibles.
El mundo de la clase media para abajo saldrá de la pandemia cuando sus respectivos gobiernos lo digan, no antes, aunque permanezcan todavía abiertos establecimientos de todo tipo. No será lo mismo. Se empezará con deudas y con compromisos económicos ineludibles. Los pueblos indígenas del Estado de México seguirán como siguen siendo, desatendidos y olvidados a propósito, en espera que se extingan hasta por inercia y el resto volverá a la vida de costumbre, aprisionados por las respectivas economías y gobiernos que permitieron que una pandemia como esta encontrara las condiciones adecuadas para esparcirse.
Sí, saldremos distintos, pero peores.
VcV Noticias