Por Oscar Díaz Salazar
Como lo han hecho con muchas de las prácticas, ideas, políticas, principios y ejercicios del presidente Lopez Obrador, “Las mañaneras” también han sido desvirtuadas, simuladas, modificadas, “descafeinadas” y abaratadas, por los gobernantes postulados por morena (y aliados).
Es el caso de las “Las Mañaneras” que lleva a cabo, lunes tras lunes, el presidente municipal de Altamira, Tamaulipas, Armando Martínez.
Las mañaneras del presidente son diarias, las del munícipe altamírense son semanales.
Las mañaneras de AMLO son informativas. Las de Armando Martínez son de presunción de los supuestos y cuestionables éxitos de su administración.
Las mañaneras del Peje son con interacción de periodistas. Las del lagartón Armando Martínez son con empleados de su administración, funcionarios de otros niveles e invitados del presidente.
Las mañaneras de López Obrador se transmiten en vivo. Las de Martínez Manrique se editan y se difiere su difusión.
Las mañaneras del presidente de la republica tienen muy amplios y diversos temas. Las del presidente de Altamira son para hablar de la draga y de la calle que está pavimentando.
Las mañaneras presidenciales tiene un protagonista, López Obrador y muchos invitados (colaboradores que explican un asunto determinado). Las mañaneras altamírenses tienen dos actores principales, Armando Martínez y su esposa.
Las mañaneras de AMLO cuentan con la presencia de los funcionarios que darán explicaciones y respuestas. Las mañaneras de Armando Martínez van todos los funcionarios municipales a aplaudirle… Y el que no sonríe lo mandan a las filas de atrás.
Las mañaneras de AMLO tiene diálogos entre el presidente y los periodistas asistentes, que no siempre son los mismos y que plantean una gran diversidad de asuntos. Las mañaneras de Armando Martínez son un monólogo del Alcalde, frente a las cámaras.
Las mañaneras del presidente son un ejercicio de comunicación. Las mañaneras del edil altamírense solo son informativas.
Las mañaneras del presidente son itinerantes y permiten a los comunicadores de las ciudades y regiones que visita exponer asuntos de interés local. Las mañaneras de Armando Martínez siempre son en un salón y con público “amigable”.
Lo único que tienen de “mañaneras” el show que protagoniza Armando Martinez, es que se realizan muy de mañana, a las seis AM. Pero en nada se parece al encuentro que diariamente tiene él presidente de la república con comunicadores que son portavoces de las inquietudes, dudas, cuestionamientos y quejas de los mexicanos, de todos los estratos sociales, de todas las regiones, de todas las visiones.
El ritual semanal para ensalzar la figura de Armando Martínez, nada tiene que ver con lo que hace López Obrador. En el show de Armando Martínez, en el monólogo que nos comparte cada lunes, no hay rendición de cuentas, no hay transparencia, no hay retroalimentación, no hay responsabilidad, no hay diálogo, no hay crítica, no hay interacción, no hay comunicación.
Ninguna utilidad tienen las mañaneras altamírenses para los ciudadanos, y solo sirven para alimentar la vanidad del sujeto que por sus mismos monólogos, nos hemos enterado que se pasea frecuentemente en viajes internacionales y con dinero del pueblo, que es misogino, que es homofobico, que es grosero y despectivo con los miembros de las comunidades LGTTB, que tiene poco respeto por el Estado laico, que dispuso de cuarenta millones de pesos para comprar la draga, sin cumplir con lo que señala la Ley de Adquisiciones.