Por Oscar Díaz Salazar
Para acompañar a su chamaco y para supervisar sus negocios, ayer estuvo en Ciudad Victoria el General de la 4T, el mero mero General, el militar Audomaro Martínez Zapata que, por su cercanía al presidente, y por el poder que tiene en este sexenio, podemos llamarle simplemente “El General”.
El director del Centro Nacional de Inteligencia del gobierno federal, Audomaro Martínez, asistió al estadio Marte R. Gómez a presenciar el encuentro del equipo de futbol profesional Correcaminos, que dirige, en calidad de presidente del Club, el arquitecto David Martínez Hernández, hijo de Audomaro.
El Correcaminos, al igual que muchos de los equipos de futbol profesional en México, opera en ese esquema que tanto les gusta a los neoliberales, -y que mucho disgusta al presidente López Obrador-, que es de sostenimiento público, pues los gastos, la nómina, los servicios, el estadio, etc., los paga la Universidad Autónoma de Tamaulipas, y la administración y las ganancias son privadas.
El General estuvo en un palco del Marte R Gómez, con su socio en el negocio del futbol y de la educación superior, Guillermo “Memillo” Mendoza, rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que se mantiene en el cargo gracias al padrinazgo de El General, y a la “tibieza” de quién puede ordenar su caída.
La alianza del Memillo Mendoza con Audomaro Martínez, con la mediación de su hijo, a quien le prestó incondicionalmente y por tiempo indefinido el equipo Correcaminos, es lo que sostiene al rector al frente de la UAT.
El Memillo se atiene a la debilidad del gobernador y su sumisión al gobierno federal, (funcionarios de tercer nivel de la federación se imponen al gobernador tamaulipeco) para seguir manejando a la universidad, a pesar de ser público y notorio que operó el desvío de recursos para financiar la campaña de César “El Truco” Verastegui.
El director de la inteligencia del gobierno federal, que además es un militar de alto rango, Audomaro Martínez, no puede decir que ignora las andanzas del Memillo Mendoza, no es creíble ni posible que desconozca que su socio, patrón de su hijo y anfitrión de palco en las tardes de futbol, utilizó recursos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, para financiar la campaña de un partido contrario al que hoy gobierna, y por el que hoy tiene un trabajo en la administración pública en la rama civil.
Tres posibilidades existen para explicar esa cercanía del General Audomaro con el Memillo Mendoza: una es que ignore su cercanía a los panistas, de los que obtuvo la rectoría, y eso sería tanto como confesar su ineptitud al frente del Centro de Inteligencia; otra opción es que sabiendo los enjuagues del Memillo lo hubiera perdonado por gratitud y por los tributos que le ha dado, entre estos un equipo de futbol profesional para su Junior; y una tercera es que, como dice la frase de la televisión “el futbol los une”.
¿Estará enterado el presidente López Obrador que su General lo traiciona, que dedica sus tardes al futbol y no al béisbol, que convive con panistas y no con morenistas, que hace alianzas con los amigos de sus enemigos (CV), que pasa mucho tiempo en Tamaulipas, que se ha rodeado de tamaulipecos y que protege y se exhibe con enemigos del movimiento?
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