En la localidad de La Flotte-en-Ré, al oeste de Francia, se ordenó retirar del espacio público una estatua de la Virgen María, al considerar que viola la separación entre Iglesia y Estado.
Aunque “la localidad no tenía la intención de expresar una preferencia religiosa al instalarla en 2020”, “la estatua presenta en ella misma un carácter religioso”, según la corte administrativa de apelación de Burdeos.
Su historia remonta a la Segunda Guerra Mundial. Una familia decidió construirla como muestra de agradecimiento porque su padre y su hijo regresaron vivos del conflicto que arrasó Europa.