Los desafíos del Fiscal cuatroteísta
José Ángel Solorio Martínez
Grandes desafíos, tendrá el súper Fiscal de la IV T tamaulipeca. El más apremiante: definir si fueron legales las averiguaciones en las cuales se involucró a algunos actores políticos de la entidad; o representaron montajes. En tiempos electorales, todos los señalados en esas indagaciones, argumentaron persecución política.
Será el flamante investigador, quien dictamine quién sí y quién no, debe enfrentar el proceso en el rol de indiciado.
Destacan dentro de ese grupo de presuntos entes delincuenciales, dos actores fronterizos: Carlos Cantú Rosas y Makyito Peña Ortiz. El primero, se ha dicho, tiene pendientes con la justicia –aparte de estar vinculado en un proceso penal por homicidio– por no haber aclarado varias cuentas públicas en su paso por la alcaldía de Nuevo Laredo; del segundo, se afirma que podría haber lavado dinero, de origen oscuro por lo desconocido.
El asunto, tiene en el fondo, la animadversión del entonces gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca quien se sintió traicionado por Cantú Rosas quien realizó un acto de trapecismo ideológico, al brincar del PAN a MORENA. Lo que no anula, la ejecución de actos cuestionables del ex jefe edilicio.
El caso del asesinato de un periodista nuevolaredense, en el cual familiares de la víctima lo acusan directamente, sigue vigente.
Al parecer, él ha desestimado esos cuestionamientos de la ley y se pasea por Laredo, Texas y Laredo, Tamaulipas, con desparpajo. Al mismo tiempo, se sigue promocionando en redes sociales a la espera de que la IV T lo postule a algún cargo de representación popular.
Grande tarea para el Fiscal cuatroteísta.
¿Qué hacer con tan espinoso expediente?
Lo concerniente a Makyito, está igual de peliagudo.
El alcalde reynosense, compró un rancho en 20 millones de pesos que sólo él y su madre, saben de dónde salieron. El abogado Marcelo Olán Mendoza, documentó sobradamente ese señalamiento que él mismo hizo ante una autoridad penal en San Fernando, Tamaulipas.
El investigador, citó a Peña Ortiz a explicar la transacción comercial.
No asistió.
El destacado miembro de bando de los Makyiavélicos, prefirió ampararse.
Le otorgaron ese derecho constitucional, provisionalmente.
No le otorgaron la suspensión definitiva; lo que implica, que la autoridad le puede echar el guante cuando lo considere pertinente.
La derrota de Cabeza de Vaca y el triunfo de Américo Villarreal Anaya, le dieron un respiro.
Con una eventualidad angustiante para Makyito: su expediente, continua como uno más de los rezagados del aparato tamaulipeco de justicia.
¿Enviará al cesto de la basura el Fiscal, la averiguación contra el hijazo de su vidaza?
En similar circunstancia, está Lalo Gattás: no ha explicado los orígenes de los fondos con los cuales compró un departamento en la playa de Madero. Apenas fueron 12 millones de pesos.
Sigue palpitando, la indagación.
¿Podrá el Fiscal de la IV T, espulgar con precisión –y sobre todo legalidad– ese entramado, en donde coinciden tropelías con excesos del aparato penal para machacar a los antagonistas del cabecismo?
Sabrá Dios.
Donde sí se nota a leguas, la pasada intención política de Cabeza de Vaca de golpear a la IV T, son los casos del secretario del Ayuntamiento capitalino, Hugo Resendez y de los integrantes de aparato electoral del entonces candidato a la gubernatura, Villarreal Anaya; los restantes, tienen el tufo de la corrupción y la desfachatez.
Ahí, la prueba de admisión –con tacha o palomita– del súper Fiscal que viene.