Alcaldes neoliberales y alcaldes de la IV
TJosé Ángel Solorio Martínez Grande la responsabilidad de los alcaldes morenistas tamaulipecos que tomaron y están tomando protesta en esta última semana del mes de septiembre. Conducir el desarrollo y el crecimiento socioeconómicos de los municipios, será una tarea de alta complejidad; esta asignación, es -y fue- ejecutada por la mayoría de los gobiernos prianistas, con el método más sencillo y más lesivo para los ciudadanos: endeudando a los Ayuntamientos. En efecto: la visión neoliberal, hace de los empréstitos a las presidencias municipales, el método más a la mano para -a decir de esos jefes edilicios- invertir dinero público en diversos servicios como agua potable, drenaje, pavimentación, alumbrado y otros etcéteras. No les alcanza, para tanta necesidad ciudadana, dicen hoy los presidentes con uniforme neoliberal. Eso ocurrió -y sigue ocurriendo- por décadas en nuestras principales ciudades. Ahora, las políticas públicas del Gobierno de la IV T, han demostrado que hay otros caminos para el impulso del desarrollo socio-económico: la austeridad republicana, la liquidación de privilegios, el riguroso -y legal, por supuesto- cobro de impuestos municipales a los contribuyentes en forma generalizada y sin exclusividades. La tentación de seguir con las viejas tradiciones -que no son inmorales por viejas, sino por dañinas a la sociedad- es mucha. Varios de los alcaldes, vienen del añoso esquema de endeudar para -afirman ellos- servir al pueblo. La deuda de los Ayuntamientos, bordea los 10 mil millones de pesos. Esa cifra, revolotea sobre las cabezas de los ciudadanos tamaulipecos con penosas consecuencias en el presente y en el futuro. ¿Cómo calificar a un alcalde que hereda la responsabilidad de pagar cantidades multimillonarias a sus sucesores? ¿Es justo, tener un gobierno rico con pueblo pobre? ¿Es éticamente político que se use el dinero de futuros alcaldes -porque eso significa en términos llanos el endeudamiento público-? La IV T, en Tamaulipas, tiene que ser honesta y parecerlo. La nueva mayoría morenista en el Congreso local, debe trazar lineamientos -y más a sus correligionarios guindos- para prohibir -clara política anti-neoiberal- el endeudamiento como recurso fácil para gobernar. Los Presidentes guindos, tienen la responsabilidad de contrastar sus ejercicios gubernamentales con sus homólogos del PRIAN. De lo contrario, serán más de lo mismo. Algunos candidatos -hoy alcaldes-, se pusieron la soga al cuello comprometiéndose con los votantes a construir paraísos en sus municipios. Se supone: tendrán que cumplir. Cumplir con créditos, es relativamente fácil; como abiertamente, sospechoso. Acabar con aviadores, liquidar la pernicioso cultura del lujo de los funcionarios, desterrar la oscura práctica del 10 por ciento a los proveedores que van en detrimento de la calidad de esos servicios y productos, sin dejar pasar salarios justos -eliminando los exhorbitantes pagos a favoritos y favoritas- son la salida. Los alcaldes de MORENA, tienen sobre sus hombros el reclamo de la mayoría de los tamaulipecos: demoler las viejas formas político-administrativas que tanto los han insultado y humillado.En mucho, el éxito de la IV T en el 2022 tamaulipeco, pasa por las conductas de sus recién estrenados presidentes municipales. En los primeros 100 días de gobierno, veremos de qué lado masca la iguana guinda…