Por: Guillermo Guerrero Martínez.
San Fernando.- Familias que radican en los campos pesqueros de carbonera Norte y Sur, Punta de Alambre, Carbajal, Punta de Piedra, El Barrancón del Tío Blas y la Media Luna, están resintiendo los efectos con la veda de camarón que impusieron las autoridades de la Comisión Nacional de Pesca.A más de 10 días de haber entrado en vigor la veda de crustáceo en el litoral del vaso lacustre, ninguna autoridad ha implementado alguna estrategia que permita apoyar el bienestar de las familias que radican en la zona lagunaria de este municipio.En años anteriores los tres niveles de gobierno se coordinaban para llevar a las familias que radican en los diversos campos pesqueros, paquetes alimenticios, así como cursos de capacitación en donde los habitantes de esta área aprendían un oficio para integrarse a la vida productiva, además de recibir un apoyo económico por asistir a recibir la instrucción.La generalidad de los pescadores ribereños ha paralizado sus actividades, dado que la producción de escama, así como de jaiba ha disminuido de manera considerable debido al calentamiento del agua del área de la Laguna Madre.Desde que entró en vigor la prohibición de camarón en el litoral del vaso lacustre, decenas de familia han emigrado a otras localidades del estado en busca de un trabajo digno que les permita solventar los gastos del hogar.En tanto que otros habitantes de la zona lagunaria, se vienen dedicando a otras actividades, dado que la pesca de momento no es redituable ante la baja producción que se tiene de escama y de jaiba.