CDMX.- 30 ABRIL 2021 El astronauta Michael Collins, uno de los tres que viajó en el histórico vuelo del Apolo 11, la primera misión de aterrizaje lunar en 1969, murió este miércoles de cáncer a los 90 años.
Un comunicado difundido por su familia señaló que había estado luchando contra esta enfermedad.
Collins, Buzz Aldrin y Neil Armstrong (1930-2012) partieron de Cabo Cañaveral (Florida) el 16 de julio de 1969, a las 09: 32 hora local, rumbo a la Luna como parte del programa Apolo de la NASA.
Desde allí despegó el cohete Saturno V que transportaba la nave con los tres astronautas que llegaron a la Luna el 20 de julio.
«Querido Mike, dondequiera que hayas estado o estés, siempre tendrás el fuego para llevarnos hábilmente a nuevas alturas», expresó hoy en su cuenta de Twitter Aldrin, de 91 años y desde hoy el único sobreviviente de esa histórica misión.
«Hoy la nación perdió a un verdadero pionero y defensor de toda la vida de la exploración», manifestó por su parte la NASA en un comunicado.
La agencia aeroespacial estadounidense señaló que como piloto del módulo de comando del Apolo 11, algunos lo llamaron «el hombre más solitario de la historia», mientras sus colegas caminaban sobre la Luna por primera vez.
A diferencia de Armstrong y Aldrin, Collins nunca caminó sobre la Luna. Collins se quedó atrás y pilotó el módulo de comando mientras volaba en círculos por encima. Por eso, Collins era también llamado a menudo el «astronauta olvidado».
Michael Collins, ´el hombre más solitario de la historia´
A Michael Collins se le conoció como «el hombre más solitario de la historia» por encargarse de la parte menos vistosa de la histórica misión Apolo 11: mantenerse en la nave mientras sus otros compañeros, Neil Armstrong y Buzz Aldrin, pisaban el suelo lunar y se tomaban fotos.
Collins se mantuvo en el módulo Columbia, orbitando a unas 60 millas (96 kilómetros) sobre la Luna -a la que describió como un «hueso de melocotón marchito y quemado por el Sol-, mientras Armstrong recitaba aquello de «un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad».
Al «astronauta olvidado», como también se le conoció, aquella posición tras bambalinas no le redujo su pasión por la exploración espacial ni, como recordaron sus familiares en el comunicado con el que hoy dieron a conocer su muerte, la «gracia y humildad» con la que enfrentó los desafíos a lo largo de sus 90 años de vida.