Por:
Chano Rangel
¿Que nos deja el 2020?
Está a punto de fenecer el 2020, año atípico, difícil, y sui géneris, que nos ha traído enseñanzas y grandes retos en todos los sentidos. Esta pandemia destapo por ejemplo la doble cara y moral del lopezobradorismo, y la caída en sus números e imagen, dan muestra de ello, los videos de Pío, los negocios de Felipa, mostraron que esta 4T, y el gobierno que encabeza, resulto ser igual o peor que las anteriores.
También este año, nos deja un gran despilfarro de recursos federales, sub ejercicios presupuestales, con el pretexto de la pandemia del Covid-19 y acabar con la corrupción, se acabaron todos los recursos ahorrados para evitar crisis económicas, y el país navega sin rumbo en el ámbito global.
Pero también fue momento de ver partir a grandes amigos, Mi maestro, consejero y jefe, como le decía de cariño, partió a ocupar su columna, en el eterno oriente, el G:.A:.D:.U. lo llamo a su lado, y mi maestro Mario Zolezzi, ya no está más en este mundo terrenal, su legado en Matamoros estará presente por muchos años, donde la gente comenta ya sus historias de aquel gran hombre de más de 2 metros de estatura y de gran corazón, en su pasar por este tiempo y espacio llamado vida.
También se fue “La Cotorra” como la gente le decía de cariño a Vicente De Anda Vázquez, el conductor de radio, con más rating en toda la región de Reynosa, su lugar nunca será ocupado por nadie, imposible hacerlo, atípico y hecho a calor de la lucha, a catorrazos, venido desde abajo, y que deja un legado a muchos jóvenes y no tan jóvenes, que si se puede triunfar en la vida. Su música de batalla “perros de azotea” ya no se escuchara más al aire.
Pero también el 2020, nos deja claro, que si podemos vivir en armonía y sin salir de casa, que la libertad, esa que tanto vituperamos, es un valor único e inimaginable, que ahora tanto valoramos. Nos enseñó que ser libre, no es andar por doquier, que ese es solo libertinaje, que la verdadera libertad esta en nuestro hogar, hacia adentro, no hacia fuera y que el libre albedrio es el ejemplo más claro de ello.
Este año, nos dio la oportunidad a muchas personas de reinventarnos, de hacer de la vida cotidiana un verdadero baluarte de vida, de valorar las pequeñas cosas, de encontrar áreas de oportunidad inimaginables, y sobre todo hacer del entorno familiar, la base de nuestro crecimiento y desarrollo de vida.
Fue también el 2020, que nos mostró que las redes sociales, pueden ser un instrumento, una herramienta, para informar, prevenir, y coadyuvar mejores relaciones sociales; pero también al estar más tiempo en casa, nos dimos a la tarea en muchos casos de poner atención a nuestros hijos, y que educarlos no era responsabilidad de un maestro, si no de nosotros mismos.
Las clases a distancia en este año, nos permitieron sentir y demostrar, que la mejor educación se da desde nuestro hogar, que la descomposición social vista, no es porque las escuelas fallaron, sino porque nosotros como padres, no hicimos nuestra tarea y dejamos todo el peso, a los maestros y maestras, como si fueran ellos los responsables de la conducción de nuestros vástagos.
Preciso este año de pandemia, que no es necesario tener una multitud, para hacer una gran fiesta, que la alegría y la diversión, se da mejor en familia, y que precisamente ese valor de familia, ha sido el pilar que nos mantiene en pie de lucha, para salir adelante en este año tan complicado.
Este año de grandes enseñanzas, es ideal para la reflexión, para el análisis, de discernir, coincidir, discutir, diferir, pero sobre todo, de aprender.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
Hoy de política no hablaremos, solo nos queda decirles a todos nuestros lectores, que pasen una feliz navidad y un año nuevo de bendiciones.
Agradecer a todos sus consejos, comentarios y sugerencias, para la escritura de mi columna, aunque algunos muy agrios, algunos otros objetivos, y unos más fuera de lugar, todos se agradecen, de todo se aprende.
Tomaremos un receso, nos vemos el primero Dios el 4 de enero de 2021. Es cuánto.
chanorangel@live.com.mx