Josh Reddick y el resto de los Astros de Houston escucharon los gritos de “tramposos” y los golpes en cestos de basura mientras los autobuses del equipo llegaban a Dodger Stadium para una serie el mes pasado.
Así los recibieron los aficionados de los Dodgers que siguen molestos de que los Astros robaron señales de forma ilícita durante la Serie Mundial de 2017, cuando Houston se coronó en siete juegos y celebró en el campo de los Dodgers.
“Me decepcionó que no fueron suficientes”, dijo Reddick. “Sé que estoy agitando las aguas”.
Y, con los Astros de visita en la ciudad para su Serie Divisional de la Liga Americana ante Oakland que inicia el lunes, el jardinero de Houston agitó las cosas nuevamente.
“Todos esos aficionados de los Dodgers que probablemente guardan ese rencor, estarán ahí expresando su opinión”, dijo Reddick. “Se trata de silenciar a los detractores, de eso ha tratado todo este año. Parece que hay un poco más de intercambio de opiniones, y me encanta”.