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A pocos meses de que se construyera la sección de cinco kilómetros del muro fronterizo del presidente Donald Trump a lo largo de la ribera del río Bravo, nuevos informes de ingeniería dicen que el proyecto ya está en riesgo de colapsar.
El muro, encargado al sector privado, empezó a construirse el fin de semana del Día de los Caídos el año pasado. En diciembre, las operaciones se detuvieron por órdenes de un juez del condado de Hidalgo, después de que el Centro Nacional de la Mariposa argumentó que el proyecto crearía riesgos de inundación. A principios de enero, un juez federal le permitió a Fisher Sand and Gravel, domiciliada en Dakota del Norte, que continuara la construcción.
Dos informes, obtenidos y reportados primero por ProPublica y The Texas Tribune y encargados por el Conservatorio Nacional de la Mariposa, indican que secciones de los cinco kilómetros de valla están en riesgo de volcarse a causa de la erosión.
“La geografía en la ubicación donde se construye el muro en comparación con el meandro no es una ubicación favorable para un rendimiento a largo plazo”, concluyó un informe del Grupo Millennium de Ingenieros.