En décadas recientes, la ciudad de Oaxaca ha atraído a algunos de los fotógrafos más reconocidos del mundo, desde Henri Cartier-Bresson hasta Alex Webb, pasando por los imprescindibles Manuel Álvarez Bravo y Graciela Iturbide.
Para conocer los espacios oaxaqueños que 11 maestros de la lente captaron en sus recorridos por la bella Antequera, el historiador del arte Daniel Brena (Santa Monica, California, 1982) preparó una guía que propone al lector no sólo un recorrido visual por la calles de esa capital, sino un repaso de la historia de la fotografía internacional.
Muchos de los artistas incluidos en el libro Oaxacagrafía: un recorrido por Oaxaca cambiaron su manera de fotografiar luego de su estancia en la ciudad, como el estadunidense Webb (San Francisco, 1952), quien aquí descubrió el color, explica Daniel Brena en entrevista con La Jornada.
El especialista narra que incluso para el francés Cartier-Bresson (1908-2004), Oaxaca fue muy importante: tuvo una novia en Juchitán. De él se incluye en la guía una imagen que captó en 1963 en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Se trata de una foto de la estatua del Benemérito de las Américas al lado de una imagen de Porfirio Díaz, los dos únicos presidentes oaxaqueños que ha tenido México. Cartier-Bresson solía referirse a esa foto como “un dibujo instantáneo, explicando que ‘un fotógrafo puede hacer coincidir una línea simplemente moviendo su cabeza una fracción de milímetro, y puede modificar la perspectiva doblando ligeramente sus rodillas’.”
Las historias de esas fotos de los rincones de Oaxaca no estaban del todo contadas, por eso me pareció importante hacer esta guía, para mostrar también que en la ciudad somos privilegiados por tener tal densidad de imágenes de grandes fotógrafos, de muy distintos tipos, que captaron lugares a los cuales podemos ir hoy día, e incluso experimentar el espacio, como es y ver exactamente lo que ellos percibieron, añade Brena.
El viaje se inicia con Manuel Álvarez Bravo
El también director del Centro de las Artes de San Agustín Etla añade que Oaxacagrafía es asimismo una invitación para ver a la ciudad como una exposición al aire libre de los lugares que atraparon la mirada de los artistas, y revisarlos con el libro en la mano, para tener más información sobre las fotos.
Otros de los fotógrafos incluidos son Ana Mendieta, Antoine D’Agata, Candida Höfer, Gerardo Niguenda, Marcos López, Mauricio Toro Goya y Pieter Hugo.
El recorrido por los 11 espacios del Centro Histórico de Oaxaca comienza con la obra del maestro Manuel Álvarez Bravo (1902-2002) titulada Sin cabeza, captada en avenida Juárez 520. Se trata del aparador de una tienda. El fotógrafo “se sentía atraído por los reflejos de los vidrios y la confusión óptica que provocan.
“Álvarez Bravo completaba sus imágenes con títulos, algo que observó Octavio Paz cuando escribió: ‘Los títulos de Manuel / no son cabos sueltos / son flechas verbales / señales encendidas’.”
Las fotos elegidas por Brena tienen una narrativa y siguen una ruta, incluidas en un libro de pequeño formato para hacer posible que el lector lo sostenga durante su caminata.
“Se trata de una primera aproximación a todo el material que tengo, porque son decenas de fotógrafos los que se han interesado en Oaxaca. Tal vez más adelante se pueda difundir de otra manera la información que he recopilado.
“Esta es también una primera lección de fotografía, porque cada imagen se acompaña por la idea que hay detrás y la historia, lo cual se puede utilizar como ejercicio fotográfico, ya que lo extraordinario es que todos los lugares captados por los maestros de la fotografía –muchos de ellos invitados por Francisco Toledo– ahí siguen.
“Oaxaca ha sido escenario de fotografía y muchos creadores han tomado la ciudad como referente, al encontrar elementos que les han ayudado en su carrera.
De la cubana Ana Mendieta (1948-1985), por ejemplo, muy reconocida como artista conceptual, casi no se sabe que vino a Oaxaca y que muchas de sus obras más importantes comenzaron acá, concluye quien también fue director del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, institución creada por el maestro Toledo.