La Fiscalía de Irán ha emitido este lunes una orden de arresto contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por la muerte de Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, en un bombardeo ejecutado en enero en el aeropuerto de la capital de Irak, Bagdad.
El fiscal de Teherán, Alí Qasimehr, ha detallado que han sido emitidas órdenes de arresto contra 36 personas, entre ellas Trump, por su papel en la muerte de Soleimani. Así, ha señalado que entre las personas buscadas figuran “cargos políticos y militares de Estados Unidos y otros gobiernos”.
Qasimehr ha resaltado que las órdenes de arresto han sido enviadas a Interpol y ha agregado que entre los cargos que pesan contra los afectados figuran “asesinato” y “acto terrorista”, según ha informado la agencia iraní de noticias Mehr.
“El presidente Donald Trump es el primero de la lista y se buscará que sea juzgado incluso después de que finalice su mandato”, ha subrayado, antes de agregar que las órdenes de arresto han sido emitidas en el marco de las investigaciones relativas a la muerte de Soleimani.
El anuncio de Qasimehr ha llegado alrededor de dos semanas después de que el viceministro para Asuntos Internacionales y Legales, Mohsen Baharvand, desvelara que Irán planea llevar ante los tribunales internacionales la muerte de Soleimani.
Víctima de un ataque con drones
Soleimani fue una de las víctimas de un ataque con drones perpetrado por Estados Unidos, entre las que figuró también el entonces ‘número dos’ de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) -una coalición de milicias progubernamentales apoyadas por Irán-, Abú Mahdi al Muhandis.
Washington argumentó que llevó a cabo el ataque “para proteger al personal estadounidense en el extranjero”, a raíz de las protestas contra su Embajada en Bagdad en protesta por otro bombardeo en el que murieron 25 miembros de las FMP.
Los bombardeos contra las FMP fueron ejecutados en respuesta a la muerte de un contratista estadounidense en un ataque con proyectiles contra una base militar situada cerca de Kirkuk.
El incidente llevó a Irán días más tarde a atacar varias bases militares también en territorio iraquí, mientras que el Parlamento iraquí aprobó una moción exigiendo la retirada de las tropas estadounidenses del país.