Un artículo en el diario británico The Guardian se ha mostrado elogioso con la actitud de los ciudadanos españoles durante la pandemia de coronavirus. Firmado por el corresponsal Giles Tremlett, el artículo se pregunta si la llegada de los turistas británicos no servirá para deshacer el trabajo hecho hasta ahora.
Tremlett recuerda que España adoptó una de las más estrictas cuarentenas de Europa, destacando que los niños no pudieron salir de casa durante semanas.
Con la apertura de las fronteras, el articulista se pregunta si los turistas, especialmente los británicos, pueden devolver el virus al país.
El artículo destaca que el “éxito de España es el resultado de un ejercicio exhaustivo de solidaridad nacional entre 47 millones de personas”.
Giles Tremlett no es elogioso con el Gobierno: “La primera respuesta del Gobierno de coalición de izquierdas del presidente Pedro Sánchez fue pobre. No se tomaron la amenaza suficientemente en serio, y actuaron tarde”. Recuerda Tremlett que España es un país de “abrazadores” y “besadores”, lo que sumado a que la mayoría de la población se concentra en ciudades, fue clave para la rápida difusión del virus.
Pero ese “pobre comienzo”, según el artículo, hace la hazaña de España “más destacable”, con un duro confinamiento entre el 15 de marzo y el 21 de junio.
“Los españoles, mientras, destruyeron el estereotipo de que son unos anárquicos y ruidosos transgresores de las reglas. En su lugar, mantuvieron el confinamiento con fortaleza y disciplina”, dice Tremlett.
El artículo asegura que algunos apuntan a que el éxito se debe en “la cultura de obediencia heredada de 40 años de dictadura. Más probablemente —dice Tremlett—, es porque los españoles tienen un profundo e incuestionable respeto por la ciencia, la medicina y los doctores. La abundancia de calles dedicadas al doctor Alexander Fleming son prueba de ello”. También nombra la dureza de los castigos y las multas a los que rompían las normas.
Pero el periodista recuerda que el turismo es la base de la economía española, por lo que España se ve con la tesitura de mantener lo conseguido durante el confinamiento o arriesgarse a una reapertura a unos turistas que no han vivido la pandemia con tanta disciplina.
Dice Tremlett que, “de manera incongruente, los británicos son ahora más libres de moverse por España que de hacerlo en casa, mientras que los que viajan en dirección contraria tienen que pasar una cuarentena de 14 días”
El artículo sostiene que todo dependerá de cómo se comporte la gente. Recuerda que todo el mundo va con mascarilla por la calle y que los británicos siguen siendo una nación “de lavadores de manos compulsivos y respetuosos con la distancia”.
“Los españoles nos quieren de vuelta, pero solo si respetamos el esfuerzo que 47 millones de personas han hecho para hacer de su país un lugar seguro”, concluye.