La actriz reconoce que cuando se separaron perdió la alegría de vivir
Angelina Jolie acaba de abrir su corazón para contar de una vez por todas cómo le afectó su ruptura y separación de Brad Pitt. La actriz nacida en Estados Unidos hace 45 años, reveló al suplemento femenino Madame que edita el periódico francés Le Figaro los duros momentos que vivió cuando terminó su relación.
“Fue un momento complicado. No reconocía en lo que me había convertido. ¿Cómo decirlo? Era más pequeña, insignificante. Sentí una tristeza profunda y real, estaba herida”, reconoció la actriz.
“Por otro lado, fue interesante reconectar con esta humildad e incluso esa insignificancia que sentí. Al final, esto es quizás lo más humano”, contó la actriz.
Angelina Jolie relató que mientras vivía el duelo por su ruptura, al mismo tiempo enfrentaba problemas de salud. A pesar de que había perdido la alegría de vivir, se obligó a salir adelante, una lección que ahora ha transmitido a sus seis hijos, Maddox, Zahara, Shiloh , Vivienne, Knox y Pax.
“Además de todo esto tuve algunos problemas de salud. Todas estas cosas te recuerdan la suerte que tienes de estar viva. Esta es otra lección más para transmitir a mis hijos: la idea de renovación y, sobre todo, un posible regreso a la alegría de vivir. Tengo que redescubrir la alegría”.
Luego de su separación de Brad Pitt, la actriz no se ha preocupado por rehacer su vida sentimental pues está totalmente dedicada a su labor como mamá.
“Toda mi vida y mis elecciones condicionan la vida de mis hijos. Sus necesidades y prioridades son mi prioridad, y estoy muy atenta a cualquier cosa que pueda influir o perjudicarlos. Por lo tanto, soy madre continuamente, y solo cuando están en la escuela puedo comenzar mi trabajo humanitario y político. Llamo a mi oficina, escribo editoriales para la revista Time… Una vez que todo esto termine finalmente puedo dedicarme al cine”.Angelina Jolie también promete continuar con su vida como la ha llevado hasta ahora, es decir, con riesgos y la labor humanitaria.
“Siempre busco la libertad, y si a veces puedo parecer atrevida, es porque realmente no elijo la prudencia o la moderación. Tengo una casa en el fondo de la selva, y nunca me he negado a ir a un territorio en conflicto”.
“Trabajo en la ONU, colaboro con el ejército, me esfuerzo por vivir experiencias que considero necesarias para mi construcción como ser humano. Me obligo a hacer cosas que me intimidan y que a veces me asustan”, concluyó.