Ramón Alberto Garza
En un México dominado por los designios de un hombre, en donde el Congreso se pliega a sus decisiones y la Oposición partidista es casi nula, los gobernadores se instalan como la única opción de contrapeso político.
Y vaya si tienen razones de sobra para enfrentarse a un gobierno de la Cuarta Transformación que los maltrata fiscalmente, les regatea recursos para combatir la urgencia de la pandemia, los desdeña e incluso los ignora.
El nivel de la rebeldía de por lo menos siete de esos gobernadores fue manifiesto y creciente en su última reunión del pasado viernes en Coahuila.
Los mandatarios de Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Michoacán, Durango y Colima, abrieron un nuevo frente de lucha contra el gobierno por su decisión de cancelar los contratos de energías limpias.
Sus entidades figuran entre las que registran mayores inversiones de energía eólica y solar en el país.
Y no están dispuestos a que decenas de miles de millones de dólares, con miles de empleos incluidos, sean borrados de sus entidades.
Mucho menos cuando las opciones energéticas de CFE y de Pemex son altamente contaminantes. Asómense a ver la calidad del aire de una metrópoli como Monterrey, sin industrias operando y con escaso tráfico. La capa de nata que cubre a la Sultana del Norte es azufre puro de la refinería de Cadereyta.
Pero este es solo el último capítulo de una confrontación que está obligando a los gobernadores a tomar la justicia por su propia mano.
Esos siete gobernadores, y media docena mas, alistan ya la mayor de sus bastallas: una controversia constitucional contra la Ley de Coordinación Fiscal buscando mayor justicia y equidad en el reparto entre lo que se aporta y lo que se recibe
También buscan acelerar la entrega de Fondos para Estados y municipios, así como los gastos que los Estados han hecho frente a la pandemia del Coronavirus.
No entienden cómo si el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoce en sus Mañaneras que tiene 400 mil millones de pesos en la reserva para enfrentar la crisis sanitaria.
Menos aún que no exista flujo hacia los Estados cuando Hacienda presume aún en medio de la crisis la recaudación fiscal no se ha caído, sino que se elevó un 13.3 por ciento en el primer trimestre de 2020.
La respuesta del presidente López Obrador es no solo de desprecio frente a las legítimas peticiones, sino amenazante.
El inquilino de Palacio Nacional dice que les manda a los gobernadores “telegramas” -¿todavía existen?- en los que les advierte que esto ya cambió.
Y en una afrenta, recrea en La Mañanera del viernes uno de esos amenazantes “telegramas”: “Situación Cambió. Cero corrupción, cero impunidad. Ten cuidado. No vayas a terminar en el bote”.
La amenaza es mas seria todavía, si se considera que fue hecha el mismo día en que Enrique Alfaro, Jaime “El Bronco” Rodríguez, Miguel Riquelme, Francisco García Cabeza de Vaca, Silvano Aureoles, José Rosas Aispuro e Ignacio Peralta, se reunían en Parras, Coahuila para su cónclave semanal de coordinación frente al Coronavirus.
Son gobernadores panistas, priistas, naranjas, perredistas e independientes. La causa común del abandono federal en todos los frentes los hermana.
El presidente López Obrador pudo ahorrarse unos pesos en los “telegramas” ahorrándose algunas palabras: “Bájenle tres rayitas o aténgaense consecuencias. Cárceles listas”.
¿Si el gobierno de la Cuarta Transformación sabe quiénes son los gobernadores corruptos, por que no actúa? ¿Será porque como en el caso de Nuevo León pactaron el perdonarle la vida a El Bronco, a cambio de apoyos electorales para que Morena gane esa entidad en el 2021?
La liga se tensa todavía mas cuando se cumplen ya mas de tres meses de que el inquilino de Palacio Nacional no se sienta a la mesa del diálogo con quienes hacen posible el pacto de la República. Algo increíble bajo las actuales circunstancias.
Quizás la actitud del gobierno de la Cuarta Transformación cambie si los gobernadores deciden que su próxima reunión sea en Guanajuato. Y si es en Badiraguato, en un descuido hasta se dignan a extiendan su mano amiga.
MSN MÉXICO.