José Ángel Solorio Martínez
El alcalde de ciudad Madero, Tamaulipas Andrés Zorrilla, adelantó la lucha por la Presidencia municipal y perdió. Apostó todo, a una argucia legal de nivel básico: intentó sacar de la boleta electoral al precandidato de MORENA Adrián Oseguera Kernion –negándole la carta de residencia, documento indispensable para disputar cargos de representación popular- pero los magistrados del Tribunal Electoral de Tamaulipas en respuesta a un amparo interpuesto por el empresario, mandataron al jefe edilicio de la urbe petrolera tamaulipeca a entregar ese certificado. Por más de 3 meses se resistió el alcalde. Durante todo ese tiempo, Zorrilla se sintió el dueño del pueblo. La ciudadanía, se enteró del asunto porque los medios le dieron gran cubertura ante la irracional conducta del presidente. La elección, al parecer, será de rutina para las huestes lopezobradoristas que tienen amplias simpatías en la ciudad. Al escenario de crecimiento exponencial de los consensos entre la población tamaulipeca y más en las regiones petroleras hacen del precandidato Oseguera Kernion, el más potente candidato en el sur del estado del proyecto de AMLO. El deficiente gobierno de Zorrilla, ha prohijado enormes franjas ciudadanas que repudian su quehacer al frente de la comuna. Jóvenes maderenses, están convocando a un evento en la playa Miramar para este sábado externar su rechazo y su aborrecimiento al presidente Zorrilla. El alcalde se ha quedado solo. Agrupaciones civiles que le ayudaron a ganar la alcaldía, se le han ido retirando. Algunas de ellas, se han sumado al aspirante de MORENA. Grupos de trabajadores petroleros, células de empresarios –muchos proveedores del Ayuntamiento no han podido cobrar sus productos y sus servicios- y nutridos grupos del PRD, del PANAL y del PRI se han adherido a Oseguera Kernion. Los sondeos realizados por el CEN de MORENA, dan a conocer, que Madero es la ciudad que con mayor holgura ganará en Tamaulipas la corriente “de ya sabes quién”. Confiado en que se saldría con la suya, Zorrilla se dedicó a la vida loca. Hoy, está aterrado. No tiene salida. Es un actor político –parafraseando a Porfirio Muñoz Ledo-, obliterado. (Es un término médico, para ilustrar el tapón en una arteria: si se deja es un problema, y si se quita es también un problema). Así Zorrilla: Si entrega la Carta de Residencia, pierde la elección; y si no la entrega, los Magistrados lo destituirán y encarcelarán por desacato… Triste fin, para un chilango que se sintió príncipe -¿princesa?- en una comarca que no le cuadra mucho lo monárquico…