El complicado escenario de los marrones a la candidatura por el Distrito III
Juan Rincón
La lucha por las candidaturas en el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han pasado más allá de la congruencia y el sentido más elemental, y desafiando la propuesta ficticia de un partido (y un gobierno) que quiere ser diferente, sacrificando a veces la posibilidad de triunfos.
Estas contradicciones han puesto a Tamaulipas como el desierto de Morena, donde las manchas urbanas más grandes de la entidad, Matamoros y Ciudad Madero, ganadas en 2018 dan el efecto de un partido fuerte y lo hacen olvidarse de sus pírricas victorias.
Las señales indican que los actuales alcaldes de Morena no podrían buscar la reelección en 2021, pese a que este procedimiento es legal y de que algunos tendrían la posibilidad de reelegirse. Esta indicación podría no solo no sumarle municipios al partido marrón en Tamaulipas, sino restarle a los que pocos que posee.
Se espera que la congruencia y la cordura se imponga en estas elecciones, porque al menos aquí en San Fernando, Morena parece ser una Torre de Babel, donde nadie entiende nada, o no quieren entender el curso de las cosas. Todos los aspirantes a la candidatura a la alcaldía caminan dentro de la legalidad, pero no dentro de la razón.
La lógica indica que solo tres de los aspirantes tienen la posibilidad de alcanzar la candidatura: Remigio García Padilla, Martín Carrión Santos y Mara Dávila Jiménez, los demás aspirantes, parecen caminar fuera de toda congruencia, y son precisamente estos los que ponen en riesgo la relativa estabilidad de su partido.
En apariencia, pocos se ocupan de la candidatura a la diputación por el Distrito XIII por el momento, aunque se deduce que la algunos de los que aspiran al premio aquí, recibirían como premio la candidatura a diputado, donde San Fernando reparte el queso con respecto al resto de los municipios.
De la candidatura federal por el Distrito XIII con cabecera en Río Bravo, ni hablar; San Fernando está en total desventaja con los municipios de la frontera, semillero de políticos, no solo de Morena sino de todos los partidos políticos. El historial político en las candidaturas así lo indica, antes y después de las resdistritaciones de los órganos electorales.
Las aspiraciones a la candidatura por el Distrito III de Neil Ochoa Becerra son incómodas políticamente y prácticamente inalcanzables. Su aspiración parece estar impulsada desde el seno familiar que por una vocación política.
El profesionista de la comunicación quiso robar protagonismo en una rueda de prensa convocada por la aspirante a la candidatura a la alcaldía de San Fernando, Mara Dávila Jiménez, donde el hijo del profesor Mario Eloy Ochoa aprovechó los reflectores para manifestar sus aspiraciones a contender por en política.
San Fernando, pueblo del que ha estado ausente y donde es un total desconocido, parece ser un traje que no le acomoda a Neil Ochoa Becerra; asimismo el resto de los municipios del distrito, pese al trabajo realizado por su padre, a través de los programas sociales del gobierno federal.
La candidatura por el Distrito III apunta más hacia el ex candidato a la diputación por el Distrito IX de Valle Hermoso, Elifa Gómez Lozano, cuyos números alcanzados en la elección de 2019 lo pondrían como el más apto y como el candidato natural por la candidatura por Morena, siempre y que este partido se conduzca por la senda de la congruencia.
La empanizada frontera, a excepción de Matamoros, es tradicionalmente un área sumamente complicada, donde el mismo PRI aún en sus mejores tiempos tuvo que lidiar con candidatos fuertes del entonces emergente Acción Nacional. Para Morena será también muy complicado el escenario.
Por el lado del Partido Acción Nacional, todos dan por hecho que la candidatura por el Distrito III será para Ariel Longoria García, secretario de Desarrollo Rural en la entidad, un contador público que ya está recorriendo los municipios de la geografía distrital, buscando adaptarse al populacho, al que no parece adaptarse muy bien, a pesar de su contacto con los campesinos.
Parece que en lo local, Tamaulipas seguiría siendo un desierto para Morena, tanto en el Congreso como en los municipios, donde el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca está dispuesto a mantener a toda costa del poder y la hegemonía de su partido. Por lo pronto, las alianzas –antes impensables– con su otrora enemigo el PRI así lo indican.