¿Institucionalidad, prorrogada?
José Ángel Solorio Martínez
La impericia –y el desconocimiento de los estatutos de MORENA– del dirigente nacional de facto, Mario Delgado, está profundizando –aún más– la ruptura y la atomización del lopezobradorismo organizado. La elección mandatada por el INE y el TRIFE, lejos de resolver las contradicciones partidistas, las exacerbó –Porfirio Muñoz Ledo, candidato derrotado por la magia de las autoridades electorales y por los cientos de millones de pesos invertidos en la campaña del Presidente ilegítimo continuará su campaña por la ruta contra la Ley que nadie sabe hasta dónde va a afectar las dinámicas internas morenistas–.
Delgado, lejos de trazar una estrategia para superar la fragmentación institucional, iniciada por Yeidckol Polevsky, le está dando continuidad: uno de sus puntos “salvadores” del partido, es la utilización de encuestas para nombrar las dirigencias en las regiones, municipios y comunidades del país.
Gravísimo error.
Primero: los estatutos de MORENA, plantean la utilización de encuestas para elegir candidatos; no para nombrar dirigentes partidistas. (Incluso la encuesta por la cual fue electo, el Presidente de facto, se movió contra el orden estatutario de MORENA).
Es decir: Delgado insiste, en seguir trabajando contra los mandatos de los ordenamientos internos de MORENA.
O sea: insiste, en seguir promoviendo el caos estatutario.
¿Qué tenemos encima el 2021?
Correcto.
¿Qué hay que trabajar a marchas forzadas?
Muy cierto.
Como es correcto y cierto, que si se vulneran los mandatos del partido, se rompe todo orden democrático interno.
Y como consecuencia: ahondará aún más la ilegitimidad del Presidente neoliberal.
Una salida viable, operativa, sensata, apegada a la ley interna, es la realización de un Congreso Nacional Extraordinario, con delegados electos democráticamente y con invitados externos aliados de la IV T, para trazar un sendero en donde tenga preeminencia un acuerdo nacional unitario, que ponga en el centro de la discusión las tareas organizativas fundamentales para este año electoral: la reorganización partidista con medidas funcionales y operativas –es imposible, elegir por la ruta de las asambleas las dirigencias, como también es inviable jurídicamente por el estatuto interno las encuestas– para elegir los liderazgos responsables de la contienda electoral del 2021.
Igualmente: debatir internamente, los exigencias de los personajes que serán candidatos, desde perfiles, –militancia, investigaciones de la UIF a sospechosos de riquezas oscuras, etc.– como las formas de seleccionarlos.
Se nota, que Mario no puede.
(Al menos, es lo que reflejan sus promesas de unidad y de reorganización partidista).
Parafraseando a AMLO: sólo la militancia, puede salvar a la militancia y al partido.
Urge, un Congreso Nacional Extraordinario.
(¿No será interesante, ver y escuchar el necesario debate entre Porfirio y Mario, por el partido que cada uno que propone?)
Ahí, donde se le de línea a Mario, a Porfirio y al lopezobradorismo organizado.
De lo contrario: la tan esperada institucional en MORENA, la veremos de nueva cuenta, prorrogada.