Siguente paso, dado. El Parlamento Europeo ha dado este jueves luz verde al acuerdo del Consejo Europeo del pasado fin de semana para aprobar un fondo de reconstrucción de 750.000 millones con el objetivo de paliar los efectos de la crisis del coronavirus. El resultado fue de 465 votos a favor, 150 en contra y 67 abstenciones. El plan, por lo tanto, queda aprobado a falta de ver cómo se distribuye el Presupuesto de la UE 2021-2027, para el que la Eurocámara sí tiene objeciones, tal como dejaron claro los eurodiputados a lo largo de la jornada.
El plan, por lo tanto, quedó aprobado a falta de ver cómo se distribuye el Presupuesto de la UE 2021-2027, para el que la Eurocámara sí tiene objeciones, tal como dejaron claro los eurodiputados a lo largo de la jornada. el montante del Marco Financiero Plurianual es de 1,07 billones, según el pacto del Consejo, una cifra que está lejos de la propuesta hecha hace meses por el Parlamento (1,1 billones). La Eurocámara, que también tiene que dar el visto bueno al Marco Finaciero, quiere introducir mejoras ante los recortes que la idea del Consejo hace en investigación, Erasmus o control de fronteras.
Esa línea de rechazo ya la marcó la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. “El acuerdo aportó algo de luz al final del túnel, pero también hay sombras. La sombra es un presupuesto demasiado ajustado”, comentó ante el pleno. Su homólogo del Consejo Europeo, Charles Michel, que fue el principal precursor de la propuesta en la que derivó el acuerdo, sostuvo que la UE “ha actuado de forma rápida y urgente” y el pacto entra “en la Historia de la UE”.
En la Eurocámara el discurso, de momento, es de cautela. “Hay cosas que cambiar”, dijo con rotundidad el presidente David Sassoli. “Es posible hacer esos cambios”, terminó.
Las familias europeas avisaron de lo que falta por recorrer. “Los Gobiernos que van a recibir estos fondos todavía no han hecho nada para resolver los problemas que estos fondos van a poder resolver. Solo estamos al principio de un largo camino que tenemos que aprovechar para crear los cambios y las transformaciones que necesitan nuestros países”, comentó el portavoz de Ciudadanos, Luis Garicano. “En cada esquina de Europa, cada esquina de nuestros países, tenemos que explicar que las reformas que tanto se han postergado y las inversiones que son necesarias las tenemos que hacer ahora”, acabó diciendo el europarlamentario.
“Hay muchos puntos que queremos criticar”, esgrimió el líder del PPE, Manfred Weber. “Sobre el presupuesto, creemos que no da respuestas a los desafíos de los próximos siete años, tiene que estar más centrado en el futuro”, ha resumido, tras haber celebrado, en cualquier caso, el acuerdo en general.
El alemán criticó los “drásticos recortes” en sanidad, algo “increíble en una pandemia”, la rebaja en la dotación para el programa europeo de investigación, Horizonte o la reducción del dinero europeo que se destinará migración y gestión de fronteras. “Europa no es un cajero para los presupuestos nacionales”, acabó. A esa tesis se sumó en nombre de S&D, la eurodiputada del PSOE Iratxe García, señaló que, aunque el acuerdo “pasará a los anales de la construcción europea”, su grupo no aceptará los recortes planteados y trabajará para aumentar la financiación de programas como Erasmus, Horizonte, LIFE o la ayuda al desarrollo. De esta forma, el Parlamento abre la puerta a introducir mejoras y cambios en unas cuentas “decisivas”.
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