El talentoso compositor, quien musicalizó algunas de las películas más famosas de los últimos 60 años, murió este lunes a los 91 años.
“Yo, Ennio Morricone, he muerto”, es la forma en que comienza una conmovedora y romántica carta de “despedida” escrita por el prestigioso compositor italianofallecido este lunes a los 91 años, en la que se despide para siempre de sus amigos y familiares cercanos y en la que “renueva” su amor a su esposa, Maria, para tener un “funeral privado” y así “no molestar” a sus seres queridos. Morricone, autor de algunas de las bandas sonoras más famosas de la historia del cine, murió en la madrugada de este lunes en la clínica romana en la que permanecía ingresado por las complicaciones surgidas tras caerse días atrás y romperse el fémur. Te recomendamos: Ennio Morricone, el compositor que musicalizó seis décadas de cine Enseguida las puertas de la clínica Campus Bio Médico de la capital se llenaron de prensa y el abogado y amigo del compositor, Giorgio Assumma, salió para leer una curiosa carta de despedida de Morricone. “Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto”, empieza la misiva. El oscarizado compositor explica que solo hay una razón para despedirse de este modo: “no quiero molestar”.
Un recuerdo “particular” se lo dirige a Peppucio, el director Giuseppe Tornatore, para quien trabajó en todas sus películas, y a su esposa, Roberta Pacetti: “amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida”, sostiene. También cita a algunos amigos y a sus hermanas, Adriana, Maria y Franca; a sus cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni; y a sus nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca. Y en último pero especial lugar a su esposa, Maria Travia, con la que compartió su vida desde que se conocieran en 1950. “A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós”, termina.
“Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto.Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida. Hay sólo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar. Saludo con mucho cariño a Ines, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida. Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, Maria y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise. Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Monica y a mis nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca. Espero que entiendan cuánto los he amado. Por último María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós.”