Las zoonosis -enfermedades infecciosas que se transmiten de los animales a los humanos y viceversa- han existido “desde que la humanidad comenzó a movilizarse”, pero lo alarmante del virus actual, según el antropólogo Philippe Descola, es la velocidad con la que se ha propagado.
Y para este especialista en los pueblos indígenas de la Amazonia, el modelo de desarrollo occidental es uno de los culpables.
Descola ha dedicado más de tres décadas de su vida a estudiar, entre otras cuestiones, la etnología de algunos pueblos nativos latinoamericanos, lo que lo ha convertido en una de las más grandes figuras de la antropología americanista en el mundo moderno.
Sus investigaciones también le hicieron ganar en 2012 la Medalla de Oro del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés), la más alta distinción de Francia en el campo de la ciencia.
Philippe Descola es conocido por ser un gran crítico del llamado naturalismo occidental, que considera la naturaleza algo externo a los humanos.
“Desde el siglo XVII, el mundo occidental ha considerado a la naturaleza como algo externo a sí mismo. Una forma de luchar contra los excesos de esta concepción es educarse y verse a uno mismo como un elemento de la naturaleza”, explica.
Lo que sigue es un extracto de la conversación que el experto mantuvo con BBC Mundo, en la que además explicó cómo el neoliberalismo ha afectado la calidad de vida de los pueblos indígenas en Sudamérica.
“Ha reducido el papel y la responsabilidad del Estado en programas educativos y sanitarios para los pueblos indígenas. Ahora son las ONG las que se ocupan de ellos”.
¿Qué lecciones nos deja la crisis del coronavirus?
Lo primero es que estamos volviendo a un grado de incertidumbre que no veíamos desde hace tiempo, sobre todo en las grandes naciones posindustriales de Europa y Norteamérica.
De repente, un evento que en apariencia parecía menor, es decir, un pequeño virus, vino a alterar por completo la vida en el planeta.
Se trata de una situación muy común en algunos países del hemisferio sur y dentro de poblaciones que yo conozco muy bien, particularmente algunas poblaciones nativas en América que fueron expuestas a enfermedades epidémicas y contagiosas durante la conquista y hasta el siglo XVIII.
También es el caso de otras poblaciones que están sujetas a la depredación de grandes empresas extractivas, terratenientes, etc.
Pero debido al desarrollo del Estado de bienestar a finales del siglo XIX, las sociedades europeas y norteamericanas se habían acostumbrado a un cierto grado de previsibilidad del futuro, a pesar de todos los infortunios, crímenes y genocidios del siglo XX. Y esto se ha disipado.