En plena pandemia del coronavirus, alza la voz para que el mundo mire hacia el exilio venezolano, cuya situación ha empeorado aún más con la crisis sanitaria
Banderas blancas en Centroamérica para pedir comida, ataúdes en la calle en Ecuador, el mayor cementerio de la región en Brasil… La pandemia del coronavirus golpea con fuerza a América Latina. Y en medio de esta crisis, un problema aún sin resolver y que se agrava cada día que se alargan las medidas de confinamiento en los distintos países: el éxodo venezolano.
Más de cinco millones de ciudadanos del país petrolero han salido desde 2015 y, según predicciones de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), este año podría superarse la cifra de los seis millones. Por eso, para devolver la atención sobre esta urgencia regional se ha celebrado hoy la Conferencia Internacional de Donantes en solidaridad con refugiados y migrantes venezolanos, que ha sido organizada por el Gobierno de España y la Unión Europea, con el respaldo de Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Y el resultado fue “muy positivo” para Filippo Grandi, Alto Comisionado de Acnur, según explica en conversación con EL MUNDO.
“Es una enorme crisis humanitaria, pero no captó la atención de la comunidad internacional, excepto en la región; y eso se tradujo en contribuciones financieras que hasta ahora han sido muy, muy pobres”, analiza Grandi tras la Conferencia de Donantes.
Esta cita tenía un reto importante por la suma de dinero necesaria para ayudar a lo venezolanos. El Plan de Respuesta Regional a Refugiados y Migrantes, un documento que fue lanzado en 2019 y coordinado por Naciones Unidas, Acnur y la OIM y del que más de 150 organizaciones forman parte, establecía en 1.350 millones de dólares los fondos necesarios para cubrir las necesidades de los venezolanos fuera de su país. Sin embargo, con la irrupción del coronavirus, la cifra asciende ahora a 1.410 millones de dólares. “Hasta hoy antes de la Conferencia fue financiado por menos del 10%, así que esta Conferencia tiene la gran ventaja de que realmente ha puesto de manifiesto esta crisis que ahora es muy mala”, añade. Una cita en un contexto muy diferente a la celebrada el pasado octubre en Bruselas, según Grandi: “Por supuesto, ahora la situación es peor, porque la Covid no es sólo una emergencia de salud, sino económica que tiene un impacto muy malo en las personas con salarios diarios o ingresos frágiles como los venezolanos en la región, por lo que las necesidades son aún mayores”.
Por eso se reitera “feliz” por lo conseguido. “Es un esfuerzo global, siempre decimos que las crisis de refugiados no pertenecen a un país o a una región”.
“EL VIRUS NO HACE DISTINCIONES”
Preguntado por el impacto del coronavirus en la crisis migratoria venezolana señala que es doble. “Uno es la salud y esto es lo mismo para venezolanos, colombianos, brasileños, ecuatorianos, chilenos, colombianos, peruanos o del país de acogida, el virus no hace ninguna distinción si eres refugiado, migrante, nacional, pero por supuesto, para los refugiados es un poco más difícil tener acceso a instalaciones de salud y atención médica, por lo que para ellos es un riesgo muy alto enfermarse”, reseña el Alto Comisionado de Acnur, quien considera aún peor el impacto “económico”. “Calculamos que de la población de venezolanos en América Latina, el 80% vive de salarios diarios o empleos precarios en la economía informal, por lo que son los primeros en perder sus empleos en el encierro”.
“Para mí el problema mayor es la pobreza”, resume Grandi. “He estado muchas veces en la región, siempre me he reunido con personas de Venezuela, incluso antes del coronavirus, y me rompe el corazón ver que estas personas en sus países eran médicos, ingenieros, profesores…”, señala. “El problema no está con los países que los acogen y les permiten trabajar, el problema es que el trabajo desaparece, por eso la pobreza es el primer problema”, insiste. En cuanto al problema de la xenofobia en este contexto de la crisis del coronavirus, apunta que “sí lo percibimos más que antes y tenemos que estar continuamente pendientes de ello”.
Por todo este cómputo de cosas insiste en el mensaje lanzado hoy por el presidente colombiano, Iván Duque: “Lo dijo muy bien, ya tenemos el dinero, asegurémonos que el dinero llega a la gente lo antes posible”. Hay que recordar que Colombia acoge a 1,8 millones de venezolanos. “Se lo diría a la gente, pero también a las instituciones gubernamentales que gestionan los colegios, centros de salud, centros comunitarios, estas instituciones son las que apoyan a los venezolanos junto con la sociedad civil, pero necesitan ver que llegan los recursos, no seis meses más tarde sino ahora, rápido”, continúa Grandi.
EL LIDERAZGO ESPAÑOL
En cuanto al liderazgo español en la Conferencia, también se mostró muy “contento” y alabó la labor de Arancha González Laya. “Creo que el hecho de que España haya tomado un rol tan importante de liderazgo es muy significativo en un área que es muy cercana a España, históricamente, por los vínculos históricos culturales, lingüísticos”. Además de subrayar que tanto González Laya como Josep Borrell están de acuerdo con el planteamiento de la celeridad en el reparto de fondos. “De manera que si vemos que la cosa se ralentiza, les pediré que movilicen a todo el mundo para acelerar las contribuciones”.
Y de cara al futuro, esperanza, puesto que se dará continuidad a este evento. Sin embargo, lo que Grandi deja claro es que tanto su organización, como la OIM, las ONG y Cruz Roja “están listos en el terreno” para trabajar por y para los venezolanos “ahora”.