El estratega de Boris Johnson, Dominic Cummings, defendió públicamente sus acciones al viajar con su familia 400 kilómetros de Londres a Durham, en pleno confinamiento del coronavirus. Cummings anticipó su intención de seguir en su puesto pese a las peticiones de dimisión de la oposición en bloque y de al menos 22 diputados conservadores que se han rebelado contra el ‘premier’ Boris Johnson, políticamente debilitado.
“Debería haber hecho público este comunicado mucho antes”, admitió Cummings, en una inusual conferencia de prensa en la rosaleda de Downing Street. “No me arrepiento de lo que hice y que creo que me comporté de un modo razonable, dadas las extraordinarias circunstancias”.
“Entiendo que hay gente enfadada y que hay cosas que pude haber hecho mejor”, admitió Cummings. “No creo que haya roto las reglas (del confinamiento) y el cuidado de mi hijo entraba en la circunstancias excepcionales. No paramos en el viaje a Durham y no tuve contacto con nadie”.
“No he ofrecido mi dimisión, ni la he considerado”, admitió el estratega de Johnson.
Boris Johnson volvió por su parte a respaldar las acciones “razonables” y la “integridad” de su asesor. El ‘premier’ advirtió que los británicos sacarán “sus propias conclusiones” después de haber escuchado “la amplia explicación” del propio Cummings. Johnson aseguró que sus acciones no han socavado la confianza de los británicos en el mensaje oficial, que sigue siendo “permaneced alerta para controlar el virus”.
El estratega de Johnson confirmó no sólo el viaje a finales de marzo a Durham, donde estuvo confinado dentro de la granja de sus padres junto a su esposa, sino también su “escapada” a Barnard Castle el 12 de abril. Cummings confirmó que fue allí con su familia una vez superada la enfermedad “para comprobar si mi vista estaba bien antes de volver a Londres”, pero alegó que no estuvieron más de 15 minutos fuera del coche y que no tuvieron contacto con nadie. Cummings descartó sin embargo como “falsas” las informaciones sobre su supuesta vuelta a Durham el siguiente fin de semana.
El escándalo del estratega Dominic Cummings, que violó en el confinamiento tras haber contraído el coronavirus y condujo 400 kilómetros con su familia de Londres a Durham, ha puesto en evidencia al ‘premier’ Boris Johnson, debilitado políticamente por su estrategia fallida ante la pandemia que se ha cobrado 36.914 vidas en el Reino Unido, el país con más muertes de Europa.
Una veintena de diputados ‘tories’, varios científicos que asesoran al Gobierno e incluso una docena de obispos de la Iglesia de Inglaterra han criticado abiertamente al ‘premier’ por alegar que Cummings actuó “responsablemente, legalmente y con integridad”, pese a las medidas del Gobierno ordenando a los enfermos de coronavirus que se quedaran en casa y se aislaran durante 14 días.
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, aseguró que la decisión de Johnson de mantener en su puesto a Dominic Cummings es “un insulto a los sacrificios del pueblo británico”. “Las acciones del primer ministro han socavado la confianza en su mensaje de salud pública en este momento crucial”, agregó Starmer.
“PÉRDIDA DE CONFIANZA”
“Boris Johnson está poniendo el interés político por delante del interés nacional”, declaró por su parte la ministra principal de Escocia, la nacionalista Nicola Sturgeon. “Cuando la gente pierde la confianza en los mensajes de salud pública, en momentos tan importantes como ahora, las consecuencias pueden ser muy serias”.
Cummings se enfrenta entre tanto a una posible investigación policial sobre sus acciones durante el confinamiento, después de que el comisario-jefe de Durham Steve White pidiera públicamente que se investiguen los movimientos del estratega de Johnson en la localidad.
Cummings, de 48 años, viajó a su ciudad natal entre el 29 y el 30 de marzo, tres días después de que el propio Johnson anunciara que había dado positivo en el test de coronavirus. Tanto él como su esposa, Mary Wakefield, tenían aparentemente síntomas de la enfermedad. El propósito del viaje era “proteger” a su hijo de cuatro años, Alexander, y dejarle en manos de su hermana mientras ellos se aislaban en Durham.
La policía local acudió el 31 de marzo a casa de los padres de Cummings al detectar su presencia. No hablaron con él, pero se aseguraron de que estaba “presente y en aislamiento”. En un artículo en The Spectator -la revista dirigida en tiempos por Boris Johnson- Mary Wakefield relata la batalla personal contra el coronavirus y asegura que los dos emergieron “de la cuarentena en la cómica incertidumbre del confinamiento en Londres”.
Un testigo, Robin Lees, ex profesor de Química de 70 años, alega sin embargo haber visto a la familia al completo el 12 de abril en el pueblo pintoresco de Barnard Castle. Lees asegura que tomó nota del número de matrícula del coche en el que viajaban, un Range Rover gris como el Cummings.
TRES “ESCAPADAS”
Lees facilitó todos los detalles de la supuesta “escapada” Cummings -y su segunda posible violación del confinamiento- a la policía de Durham. La concejala liberal-demócrata Amanda Hopgood ha reclamado al jefe de policía local que intente reconstruir los movimientos del estratega de Johnson con la ayuda de las cámaras de seguridad y siguiendo el rastro de su teléfono móvil.
Otro testigo, que no ha facilitado su nombre, aseguró a The Guardian y The Daily Mirror que vio a Cummings y su mujer el 19 de abril en Houghall Woods, cerca de la granja de sus padres en Durham. Cummings había vuelto a trabajar a Downing Street el 14 de abril, por lo que el nuevo “avistamiento” abre las puertas a una posible tercera violación del confinamiento.
“Las acciones de Cummings dan la impresión de un doble rasero”, declaró el lunes David Warburton, uno de los diputados conservadores que ha pedido abiertamente su dimisión y que recordó cómo él no pudo despedir a su padre, que falleció a los pocos días de contraer el virus. “La gente ha hecho sacrificios en estos tiempos difíciles”, recordó. “Y esos sacrificios no tienen nada que ver con el instinto, sino con las regulaciones establecidas por el propio Gobierno”.
“¿Han servido las acciones de Dominic Cummings para socavar el mensaje del Gobierno y su capacidad para desempeña su trabajo?”, se preguntan otro diputado ‘tory’ especialmente crítico con Johnson, Martin Vickers. “Me temo desgraciadamente que así ha sido”.