La saludable poda del PRI y PRD
José Ángel Solorio Martínez
Las víctimas de los resultados del 5 de junio, no sólo están en el panismo. Los complicados escenarios que se generaron en Tamaulipas por la disputa de la gubernatura, le dieron mayores incertidumbres a la disputa. Muy probablemente por esa circunstancia, muchos de los actores optaron por opciones que a su juicio les brindaban mejores y más concretas expectativas.
Bajo el teatro de la guerra electoral, las coaliciones y alianzas cohesionaron bloques políticos de generosa amplitud y diversidad. El PAN, nucleó al PRI y al PRD prometiéndoles el oro y el moro; MORENA, sumó al Verde y al PT, con el capital que el gobierno federal ha estado aportando a las contiendas por las entidades.
Esos polos –panismo y morenismo– con sus respectivos magnetismos, atrajeron a personalidades con poco o mucho capital político.
¿Quiénes perdieron impulso en sus carreras políticas en el nuevo escenario dominado por la ola guinda? En el PRI: Yahleel Abdala Carmona.
Ex dirigente estatal del tricolor, apostó su resto al triunfo del candidato azul. En su natal Nuevo Laredo, fue aplastada por la alcaldesa Carmen Lilia Cantú Rosas, en una confrontación en la cual la alcaldesa salió con la mano en alto.
Sobre el tapete verde, lanzó todo; y perdió todo. Ramiro Ramos. Ex dirigente estatal del tricolor, exhibió poca potencia en sus dominios –Nuevo Laredo– y fue arrasado por la energía social-electoral de los hermanos Cantú Rosas.
Se compactó aun más su estatura política con la derrota del candidato panista. Antes, había sido soslayado por el PRI cuando levantó la mano para ser su candidato a la gubernatura. Oscar Almaraz Smer. Ex dirigente del PRI en la entidad, se sumó tempranamente al PAN en donde inició su declinación. Trabajó como operador en el Comité de Campaña del Truco Verástegui, dando pésimos resultados. Se había vendido como eficaz movilizador de votantes; no fue así: fracasó estrepitosamente.
Hoy, no tiene cabida ni en el PAN ni en el PRI. Roberto González Barba. Ex dirigente del PRI en Tampico, se distinguió siempre como un cuadro político crítico en su partido. Esa actitud, le ganó ciertas simpatías en el sur del estado.
Su odio al lopezobradorismo, le ganó y se echó en brazos de su viejo adversario. Resultó, uno de los más vehementes defensores del panismo y de su proyecto de gobierno. En el PRD: Miguel Ángel Almaraz. Ex dirigente estatal del PRD, fue uno de los promotores más consistentes del panismo en Río Bravo.
Venía de un tropiezo por la alcaldía, justo a manos del PAN. Su adhesión al panismo, parecía obligada: lo rechazaron en MORENA bajo diversos argumentos. Mario Sosa Pohl. Ex dirigente del PRD en la entidad.
Salió del anonimato, para intentar revivir en el teatro de la política regional. Ha sido alcalde de Madero y diputado local; todo, bajo las siglas del Sol Azteca. Poco aportó para la campaña del Truco. Mostró su verdadero peso político en el sólido sur: poco, muy poco. Esos descalabros del perredismo, sumado a que el resto de sus ex dirigentes se incorporaron a la campaña de Américo Villarreal Anaya, propinaron a ese partido, uno de sus más dolorosos tropiezos.
El PRI y el PRD, no deben lamentarse del todo. Una poda, puede resultar benéfica, si se cuida y se sana, el resto de la estructura arbórea.